Desde tiempos inmemoriales, la leche ha sido el rey en la alimentación, no solo de los niños sino también de los adultos.

Su consumo se inicia con la lactancia materna, en aquellas madres que lactan, el cual se extiende con otros tipos de leche.

Estos tipos de leche van desde la tradicional de vaca, la de cabra, y en los tiempos más recientes, las denominadas leches alternativas: de almendra, de soya… mayormente indicadas a personas que tienen alguna reacción adversa a la lactosa.

Beneficios de los distintos tipos de leche

La de cabra. Datos sobre esta leche indican que tiene nutrientes súper beneficiosos para el organismo, aunque no haya sido muy valoradas, tomada en cuenta por las escuelas nutricionistas.

Según se ha revelado sobre la leche de cabra, hay valiosas razones para consumirla, ya que tiene un alto contenido de minerales y vitaminas, entre los que se destacan el calcio, magnesio, fósforo, potasio, cobre, zinc y selenio, así como las vitaminas A, C, D y B2.

La leche de vaca

Es consumida desde hace miles de años. Se ha demostrado que la leche suple las necesidades nutritivas que los seres humanos no alcanzan a través de la alimentación diaria per se, por lo que este alimento es una complementación nutricional.

Según la Fundación Británica de Nutrición, los adultos y los jóvenes no llegan a cubrir con sus alimentos las dosis de hierro, calcio, vitaminas, zinc y yodo que necesitan, los cuales contiene la leche de vaca.

Hay otros tipos de leche que se han convertido en tendencia en los últimos tiempos, las cuales suplen la necesidad de consumo de este alimento, en quienes tienen intolerancia a la lactosa: estas leches son la ya mencionada de soya y de almendra.

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Sin embargo, en un artículo publicado por la BBC Mundo, la nutricionista Charlotte Stirling-Reed afirma que estas leches tienen la desventaja de que no contienen los nutrientes de la leche de vaca de manera natural, por lo que los productores tienden a añadirlos de manera artificial, por lo que podrían no tener el resultado y los beneficios esperados.

Leche de almendra

Esta leche vegetal es una de las más conocidas y preferidas hoy día. Es rica en nutrientes saludables como las fibras, y por ser muy saludable.

Entre los beneficios que, según estudios sobre nutrición, aporta al organismo están, su reducido contenido calórico en comparación con la leche de vaca, incluso las denominadas descremadas y semidescremadas.

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Según los datos, mientras un vaso de leche de almendra contiene aproximadamente 70 calorías, la de vaca contiene alrededor de 86 calorías; es indicada para personas con intolerancia a la lactosa, es decir, aquellas que no digieren esta sustancia y por ello les causa graves problemas en su sistema digestivo.

Asimismo, las personas denominadas “veganas”, tienen la opción de consumir esta, ya que no proviene del reino animal.

Ayuda al sistema cardiovascular y gastrointestinales, contribuye a regular la absorción de los azúcares, así como con los problemas de colesterol, y a una adecuada digestión.

¡Ah! y por su alto contenido de vitamina B2, ayuda a mantener la buena salud de las uñas y del cabello.

La leche de soya

Es otra de las leches del renglón alternativo, ya que proviene de producto vegetal.

Existe la de soya fortificada, la cual es una excelente fuente del mineral calcio, tan necesario en el organismo de las personas, desde la niñez hasta la adultez.

Debido a su procedencia, las proteínas que aporta esta al organismo son vegetales, con un mínimo contenido de carbohidratos.

Es decir que el consumo de la leche de soya, sin agregarle azúcar, podría ser una gran solución para aquellas personas que padecen de diabetes.