Ya construido el elevado no era posible recuperar el carácter residencial de la París. Marcos Barinas Uribe. Foto/ Napoleón Marte
Los sectores Villas Agrícolas, Villa Juana y La Fe son una bomba de tiempo permanente porque sus residentes coexisten con industrias que manejan materiales de alto peligro y con envasadoras y dispensadoras de combustibles, afirmó el urbanista Marcos Barinas, quien resaltó que hace casi 20 años se diagnosticaron los altos niveles de peligrosidad que por esa causa se registran en esos barrios del Distrito Nacional.
Barinas recordó que en 1999 el Grupo X, del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), realizó un estudio sobre la calidad de vida en esos barrios, y entre sus resultados citó que en ese momento ya habían instaladas más de 30 envasadoras y dispensadoras de gas y gasolina.
“Hace 20 años que los urbanistas advertimos esto sistemáticamente, pero siguen ocurriendo desastres, porque no es la primera vez que explota un dispensador de gas en esa zona, y ha habido muertos y heridos, pero no pasa nada.
“Los profesionales nos pasamos advirtiendo esto y los gobiernos locales y el central no accionan sobre el peligro en que viven nuestras familias en los barrios. Justo al lado de Polyplas hay una escuela, qué hace una escuela frente a una industria o qué hace una industria frente a una escuela”.
Barinas ofreció las explicaciones al ser consultado sobre la explosión ocurrida ayer en la empresa Polyplas, situada en Villas Agrícolas, en cuyos alrededores hay cinco escuelas y tres estancias infantiles.
“No hay que ser planificador urbano para saber que eso está mal, entonces eso ocurre en toda Villa Juana, Villas Agrícolas y el ensanche La Fe con empresas dispensadoras de combustibles que están cerca de escuelas y viviendas.
“Tú te imaginas un terremoto ahora mismo, lo que ocurriría simplemente por la negligencia de las autoridades de atender algo que hace 20 años se está advirtiendo”, refirió.
“Alguien tiene que atender el problema o la idea es que siga muriendo gente. Las industrias o negocios que manejan materiales peligrosos no pueden compartir espacio con viviendas o escuelas, no importa el protocolo ni la regulación, no es correcto”, dijo Barinas.