Desde 2017, Mohammed Aisha vive solo en un barco abandonado en las costas del sur de Egipto.
Ese año la justicia egipcia lo nombró guardián legal de esta embarcación que se había quedado a la deriva.
“Cuando acepté la decisión yo no sabía lo que estaba firmando”, señala.
Por esa razón le retuvieron su pasaporte y para poder salir de esta situación solo puede ser de dos maneras: o el dueño del barco le encuentra un reemplazo o el barco es vendido.
El propietario de la embarcación ha señalado que no ha sido posible encontrar una persona que lo reemplace.
Y él reclama ayuda: «Mi madre murió hace dos años. Solo quiero regresar a mi hogar y estar con mi familia«.
“Además, cuando firmó la orden de la justicia de Egipto, él se quedó solo en esto”.
Actualmente hay 250 casos activos de abandono de barcos y marineros alrededor del mundo de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo.