Antes de que los misioneros estadounidenses fueran asesinados a tiros por una banda haitiana en Haití mientras trabajaban en un orfanato, fueron amarrados y golpeados brutalmente dentro de una casa, el mismo escenario donde llegó otra banda armada para ayudar, pero se enfrentó a tiros con el otro grupo responsable de ultimar a los religiosos.
Un reporte de Haiti 24 detalla que uno de los funcionarios del orfanato intentó negociar con los atacantes para que dejaran ir a los rehenes sanos y salvos. Sin embargo, estos esfuerzos resultaron infructuosos. Al mismo tiempo, también intentó conseguir un vehículo policial blindado para evacuar a las víctimas a un lugar seguro, pero no pudo obtener ayuda.
En este ataque, que se produjo hacia las nueve de la noche, perdieron la vida los misioneros estadounidenses Davy y Natalie, así como el haitiano Jude. El incidente comenzó a primera hora de la tarde, alrededor de las 6 de la mañana, cuando bandas armadas irrumpieron en el orfanato. Según información facilitada por la organización, los atacantes se apoderaron de dos coches y tomaron como rehenes a una treintena de niños.
Los estadounidenses Davy y Natalie regresaban de una reunión de jóvenes de la iglesia con los niños cuando fueron atacados por una banda de delincuentes que llegaron en tres vehículos. Los bandidos saquearon el orfanato y se llevaron todo lo que quisieron en vehículos que robaron de la misión.