Haití fue tema de debate entre Hillary Clinton y Donald Trump

Haití fue tema de debate entre Hillary Clinton y Donald Trump

Durante el debate de anoche entre Hillary Clinton y Donald Trump, el tema de Haití trascendió resaltando la obra benéfica de Hillary Clinton en ese país, devastado por recientes catástrofes naturales, el terremoto de 2010 y el huracán Matthew que dejó cientos de muertos. Al respecto, la candidata demócrata dijo sentirse orgullosa del trabajo que realiza en esa nación.

Donald Trump, empero, afirmó que en el país vecino Haití, sus habitantes no se sienten a gusto con la presencia de la fundación en la isla.

«Ellos, los haitianos, odian a los Clinton, porque lo que pasó con la fundación en ese país, es una desgracia. Usted lo sabe, ellos lo saben, todos lo saben», aseveró el candidato republicano a la Casa Blanca, quien afirma que amigos de éstos se enriquecieron de la devastación de esa nación. Para Trump, muchos de los fondos a la Fundación fueron a parar a manos de particulares.

Cada uno de los candidatos ofreció diferentes alegatos para defender a sus respectivas fundaciones de las diferentes acusaciones que durante la campaña presidencial han recaído sobre estas.

  Trump elude decir que aceptará el resultado electoral. En una amenaza para un pilar fundamental de la democracia estadounidense, Donald Trump declinó decir el miércoles por la noche que aceptará el resultado de las elecciones del mes que viene si pierde ante Hillary Clinton. La candidata demócrata describió esa resistencia de Trump como “espantosa”.

Trump ha pasado los días previos al tercer y último debate alertando a los votantes sobre que los comicios estarán “amañados”. Cuando se le preguntó si aceptaría los resultados si Clinton sale victoriosa, el empresario dijo “Se lo diré en su momento, los mantendré en suspenso”.    Las palabras de Trump plantean la perspectiva de que millones de sus seguidores podrían no aceptar los resultados del 8 de noviembre si el empresario pierde, dejando al país en territorio desconocido. Las elecciones libres y justas, en las que el perdedor se hace a un lado de forma pacífica, han sido un apoyo clave de la tradición democrática estadounidense desde la fundación del país hace 240 años.

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