Puerto Príncipe.– El Gobierno de Haití anunció este sábado que ha invitado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a visitar el país tras las denuncias de abusos cometidos en la represión de las protestas que se desataron el pasado diciembre.
El ministro de Exteriores haitiano, Bocchit Edmond, anunció en su cuenta oficial de Twitter que el Gobierno ha invitado a la CIDH a visitar el país a mediados de diciembre.
“En nombre de la República de Haití, renuevo la determinación y la voluntad de Haití en defender los valores y principios de los derechos humanos”, dijo Edmond.
La invitación a la CIDH se produce después de que las protestas antigubernamentales, que alcanzaron su apogeo entre septiembre y octubre, hayan comenzado a amainar en las últimas dos semanas.
La represión de las virulentas protestas contra el presidente, Jovenel Moise, ha sido condenada por parte de la comunidad internacional.
La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció que al menos 42 personas han fallecido, 19 de ellas a manos de las fuerzas de seguridad, entre mediados de septiembre y finales de octubre, durante las manifestaciones que han paralizado Haití.
Esta semana el Parlamento Europeo adoptó una resolución de condena de la “represión brutal” de las protestas pacíficas por el uso de armas letales contra los manifestantes, así como por prácticas como detenciones arbitrarias, intimidación, acoso y violencia sexual.
Desde pasado marzo, con la destitución del primer ministro Jean Henry Céant en una moción de censura, el Gobierno de Haití se mantiene en funciones.
El movimiento de movilización comenzó el 16 de septiembre pasado con el detonante de la escasez de combustible, pero pronto los manifestantes se volvieron contra la figura del presidente y pidieron cambios estructurales en una sociedad marcada por la desigualdad social, la corrupción y la inseguridad.
En las últimas semanas solo se han registrado manifestaciones de pequeña envergadura, por lo que Puerto Príncipe y otras ciudades han podido retomar cierta normalidad, con la excepción de las escuelas, que siguen cerradas desde septiembre.
A pesar de la aparente calma y la ausencia de movimientos de protesta intensa, la crisis sigue sin resolverse y los movimientos de movilización pueden reanudarse en cualquier momento.