Las vías seguidas para encarar situación haitiana no han proporcionado resultado alguno. La presión migratoria continúa e incrementa. Impónese replantear vías, efectivas, para que la dominicanidad no perezca en manos de generaciones presentes.
Los reclamos a la comunidad internacional no han valido; ni valdrán, por tener agenda diferente a nuestros clamores. Ninguna nación evidencia disposición de asumir responsabilidades. Los exabruptos y alardes en declaraciones alrededor de muros fácilmente violables, ostentación de equipos militares, repatriaciones “express”, etc.- más con propósitos mediáticos que procurando resultados- crispan actitudes binacionales, causan frustraciones, minan autoridad de autoridades y agudizan confrontaciones. Nada solucionará seguir mendigando a comunidad internacional, rasgarnos vestiduras, ni propiciar acciones que exacerben confrontaciones.
Lo pertinente sería que líderes y gobernantes replanteen y exploren caminos alternos conducentes a procurar soluciones efectivas, como p.e., prestarle asistencia directa. No explorar vías efectivas nos expondría a situaciones explosivas en medio de tambores mundiales de guerra que suenan, con posibles consecuencias similares a ocupaciones militares de la Isla a principios del siglo XX. La inercia solo conducirá a agravar situación.
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Las vías alternas deben partir admitiendo realidades haitianas: crecimiento demográfico, densidad poblacional, acorralamiento geográfico, degradación socioeconómica e institucional.
La asistencia directa sugerida pudiera partir del encuentro personal entre gobernantes de la isla; incorporando progresivamente otras naciones, especialmente las colocadas en el trayecto del sol como Cuba, que confina a Haití al oeste, cuyo presidente acaba de urgir salida a crisis haitiana. Y de otras que sufren consecuencias de inmigración haitiana.
Estos encuentros podrían identificar necesidades de gobernantes haitianos para gobernar: ¿ayuda militar para restablecer orden? ¿Pactos electorales y organización de comicios? ¿Programas económicos de producción y empleos? Y comprometerse conjuntamente, despojando matices unilaterales, a impulsar sistemáticamente iniciativas durmiendo sobre escritorios de organismos internacionales conducentes a superar crisis. Convendría que esta vía sugerida esté precedida de consultas a partidos políticos con representación congresional.
Y a cuerpos intermedios de nuestra sociedad-iglesias, organizaciones empresariales, sindicales y profesionales, etc-instándolos a que entusiasmen sus pares haitianos a incorporarse para implementar esta vía de asistencia directa.