FILE - In this Dec. 10, 2020 file photo, a protester holds up a sign with a message to stop gang violence during a protest demanding the resignation of Haiti's President Jovenel Moise, in Port-au-Prince, Haiti. Human rights group Fondasyon Je Klere says more than 150 gangs operate in Haiti, some dedicated to kidnapping. (AP Photo/Dieu Nalio Chery, File)
Una organización dice que operan más de 150 bandas, algunas se dedican a los secuestros
El ataque fue descarado, transmitido en vivo por la internet: Individuos fuertemente armados irrumpieron en una misa de Jueves Santo y se llevaron al pastor y a tres feligreses mientras eran filmados.
Para los haitianos fue un feroz recordatorio de los secuestros y muertes que afectan a personas pobres cansadas de años de violencia en las calles. Una de las víctimas del secuestro en la iglesia, Steven Jérôme, pasó la primera noche de cautiverio sentado en una silla, sin animarse a cerrar los ojos.
Mientras tanto, feligreses y parientes de las víctimas, incluida una hermana de Jérôme, Suze, se afanaban por conseguir dinero para pagar su rescate.
“La gente daba 10 gourdes, 15 gourdes, lo que podía”, sumas equivalentes a 13 y 19 centavos de dólar, declaró Suze.
Las víctimas del secuestro del 1ro de abril en el Ministerio Criollo del Evangelio fueron relativamente afortunadas: Fueron liberadas a los tres días. Pero Jérôme y los demás siguen traumatizados por la experiencia y sus parientes están endeudados tras pagar el rescate.
Algunos fueron sumidos más todavía en la pobreza.
Los secuestradores —como en la mayoría de los casos— no fueron pillados. Los secuestros se han hecho tan comunes que las radios a menudo transmiten pedidos tipo “por favor, no lo maten”, “rogamos nos ayuden a recaudar dinero para el rescate” o “por favor ayúdenme a encontrar el cadáver”.
La policía parece desbordada. Al menos cuatro agentes fueron asesinados el mes pasado durante una fallida redada en un escondite de una banda tan osada que sigue teniendo en su poder los cuerpos de los agentes, lo que alentó un alzamiento en las filas policiales.
Un par de días después, el primer ministro de entonces Joseph Jouthe dijo en una conferencia de prensa que se pagan rescates que van de los 300.000 dólares al millón de dólares, en un país de 11 millones de habitantes en el que el 60% de la población gana menos de dos dólares diarios.
“Nadie tiene esas sumas de dinero”, expresó Jouthe. “Ni yo. Si soy secuestrado y piden 300.000 dólares, no sé dónde conseguiría esa suma”.
Un informe reciente de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití registró 234 denuncias de secuestros en el 2020, 78 más que el año previo. Las víctimas incluyeron 59 mujeres y 37 menores.
También aumentaron los homicidios.
Las estadísticas policiales no son confiables, pero las autoridades reportaron 1.380 asesinatos el año pasado y la ONU dijo que eso representaba un aumento del 20% respecto al año previo.
Entre las víctimas figuraron un juez y el presidente del Colegio de Abogados de Puerto Príncipe. La creciente violencia hizo que negocios, bancos y escuelas de todo Haití cerrasen esta semana en una protesta que llamaron “Jueves Negro”.
Algunas escuelas cerraron temporalmente por los peligros que acechan en esos barrios.
“Desde hace tiempo que la sociedad haitiana se está yendo al infierno”, dijo la oficina del arzobispo católico romano de Puerto Príncipe en un comunicado del 12 de abril. “La violencia de las bandas armadas ha alcanzado proporciones sin precedentes”.
Más 150 bandas
La organización de derechos humanos Fondasyon Je Klere dice que en Haití operan más de 150 bandas, algunas de las cuales se dedican a los secuestros.
Entre las víctimas más recientes hay cinco sacerdotes, el director de un hospital, menores de edad y un miembro de la fuerza de seguridad presidencial. No se hacen excepciones con los pobres.
El nuevo primer ministro Claude Joseph dijo a la AP que atribuía el aumento de la violencia a sectores políticos impopulares.