El 7 de julio de 2021, el presidente de Haití, Jovenel Moïse fue asesinado mientras se encontraba en su recámara en horas de la madrugada. Sin embargo, hasta la fecha no se ha podido dilucidar, quien o quienes cometieron el magnicidio, ya que los culpables no han sido identificados y menos atrapados.
A principios del año 2020, pandillas armadas sembraban el terror entre los habitantes de ese depauperado país alentadas por la impunidad y sus relaciones privilegiadas con las autoridades de turno, las cuales intensifican sus tropelías, triplicando los secuestros con relación al año anterior en los barrios populares de la capital. Estas organizaciones delictivas, se han constituido en violadores de mujeres, queman viviendas y han matado cientos de personas dentro de los cuales hay niños, en lugares en donde la policía se encuentra en desventaja y las armas que utilizan son de porte avanzado.
El más famoso jefe de pandilla se llama Jimmy Cherizier, alias Barbacue. Este bandido adopta posiciones de un influyente político, quien a veces decide sobre la suerte de la suerte de los ciudadanos, sobre todo de los más empobrecidos.
La pandilla denominada 400 Marmozo se responsabilizó por el secuestro de 17 misioneros estadounidenses por los cuales pedía un rescate de 17 millones de dólares, cuyo líder Wilson Joseph amenazó con alojarle una bala en la cabeza si no se pagaba dicha suma.
Observadores versados en política afirman que estos grupos delictivos controlan más de la mitad del territorio de Haití, operando en algunos lugares como un gobierno de facto, estableciendo en sus estaciones policiales, cuotas a los residentes por los servicios que prestan.
¿Cómo estas pandillas llegan a tener tanto poder? Se afirma, que el Gobierno, en los últimos años, ha sido el responsable de utilizarlos para reprimir aquellos que protestan.
Cherizier o Barbecue, ha concitado la agrupación que dirige conocida como “Coalición de Familia y aliados de la C.G.” Estos grupos armados son obedecidos más que la escasa policía haitiana con mayor razón, cuando la ONU en el 2017, habían retirado sus fuerzas de paz, acusados de traer el cólera y de abusar sexualmente embarazando haitianas.
No obstante, el Gobierno Dominicano aumentar el número de las fuerzas que vigilan la frontera, con equipos sofisticados, drones y una incipiente verja, las pandillas en algún momento han penetrado furtivamente nuestro territorio, en ocasión de robar ganado de los propietarios de finca aledañas al borde.
Sin que se nos pueda acusar de racista o xenófobo, no creemos que carnetizar a los haitianos es la solución. Debemos obligarlos a que creen su propias oficialías del Estado Civil, impedir que circulen en nuestra Patria con camisetas provocadoras como “ocupando nuestro territorio” y una sarta de haitianos que se mofan de nosotros en las redes sociales.
Somos de opinión, que estos abusos contra los haitianos y el avalentamiento de las pandillas, pueden inducir a los ciudadanos comunes, a iniciar una estampida hacia nuestro territorio y entonces, las fuerzas armadas estarán en la obligación de abrir fuego para detenerles. Esto ocasionará una enorme matanza que podría llevar a nuestro Gobierno a enfrentar a la Unión Europea y los organismos de defensa de los derechos Humanos de. La OEA, ONU, ACNUR y demás hierbas aromáticas.
¿Por qué creemos que esto pueda suceder? En primer lugar por ser una isla y estar rodeado de mar, en consecuencia la masa Haitiana no se suicidará lanzándose al mar, teniendo la salida más lógica hacia el Este. No queremos convertirnos en pájaro de mal agüero, pero nos puede suceder una avalancha de haitianos de golpe a nuestro país, pues la desesperación, el hambre y una situación de caos impulsan el desgarite.