La violencia callejera que practican las bandas delictivas en Haití ha causado la muerte este año de 3.960 personas y heridas a más de 100.000, según las últimas cifras ofrecidas por Naciones Unidas.
Además, 1.832 personas han sido víctimas de secuestros por parte de los grupos criminales, de acuerdo con el último informe de Volker Türk, Alto Comisionado de Derechos Humanos.
El informe alerta sobre la extensión de la violencia criminal a regiones rurales consideradas seguras hasta hace poco tiempo, y particularmente en la provincia de Artibonite (centro del país). Las bandas se disputan el control de poblados enteros y usan la violencia sexual contra mujeres o niños menores, además de destruir cosechas y atacar al ganado como parte de sus métodos de amedrentamiento.
Más de 22.000 personas han abandonado sus poblados y sus cultivos, lo que a su vez está aumentando la inseguridad alimentaria en un país que está entre los más afectados de América.
Mientras tanto, no hay ninguna señal de que vaya a llegar próximamente al país la fuerza internacional de apoyo policial que el Consejo de Seguridad aprobó el pasado 2 de octubre, y que estará liderada por Kenia.
Algunos países caribeños se han mostrado dispuestos a aportar tropas para esa misión, pero se desconoce cuál será su tamaño total y su mandato concreto, más allá de que está concebida para ponerse a las órdenes de la propia policía haitiana.