La producción agropecuaria y la construcción que dependen principalmente de la mano de obra haitiana, inician un momento difícil por las deportaciones masivas de los extranjeros ilegales. Estoy de acuerdo con las deportaciones, pero no con los abusos que están cometiendo algunos oficiales de Migración, que están sacando haitianos de sus áreas de trabajo y hasta de sus casas. Estados Unidos, Europa y otros países siempre han deportado de sus territorios a los ilegales y la ONU y un paquete de ONG les piden que no lo hagan, como generalmente le solicitan a República Dominicana que no deporte haitianos ilegales y la acusan de racista y más.
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Volviendo al trabajo en las zonas agrícolas y pecuarias del país, aquí hay comunidades en las que no aparece un dominicano para un trabajo en el campo, aunque se le pague cualquier cantidad de dinero, porque en este país está ocurriendo lo mismo que en Estados Unidos, Europa, Centroamérica, etc., que los nacionales no quieren hacer los trabajos que llaman duros, como agrícola y construcción. No es verdad que a los haitianos se les paga menos que a los dominicanos en los trabajos agrícolas. Hay trabas para legalizar a los trabajadores haitianos.
La Cruz de Manzanillo
Ojalá que el nuevo director, Julio César de Jesús Estévez, lo despolitice, saque las botellas y deje a los que trabajan para poner a producir bien ese proyecto, que sea autogestionable y lo que sobre se use para modernizarlo con nuevos equipos y maquinarias e incorporar nuevas áreas a la producción agrícola.