Gran Bretaña. El británico Lewis Hamilton (Mercedes) se llevó la victoria este domingo en el Gran Premio de Gran Bretaña, haciendo uso de una buena estrategia frente a la gran salida de los Williams en la carrera más entretenida de la presente temporada, con adelantamientos y lluvia incluidos.
La victoria para el piloto británico -la quinta de la presente temporada y trigésima octava de su carrera- fue particularmente dulce por cómo se produjo: superando una salida fulgurante del brasileño Felipe Massa y el finlandés Valtteri Bottas, sabiendo manejar bien sus cartas y tomando las decisiones correctas incluso cuando la lluvia entró en escena.
Junto a Hamilton se subieron al podio su compañero y rival alemán Nico Rosberg, que mejoró sus prestaciones con la lluvia para adelantar a los dos Williams que le habían bloqueado la segunda plaza; y el alemán Sebastian Vettel (Ferrari), que sorprendió a todos arrebatando también el tercer puesto del cajón a los coches blancos.
Sin duda, la escudería de sir Franck Williams dirigida por su hija Claire fue la más decepcionada por el resultado final, después de haber protagonizado un arranque espectacular, con adelantamientos de Felipe Massa -del tercero al primer lugar- y de Valtteri Bottas -del cuarto al segundo-. Sin embargo, en los repostajes, Mercedes se adelantó siempre y Williams no fue capaz de reaccionar para no perder las posiciones de privilegio.
En el lado de los beneficiados en una carrera absolutamente alocada, en las pistas y en la meteorología; los españoles Fernando Alonso (McLaren) y Roberto Merhi (Manor) terminaban en un décimo y un duodécimo lugar, sus mejores clasificaciones de la temporada, y el primer punto para el asturiano en un año muy complicado.
La salida de Williams fue espectacular. Como una facilidad pasmosa, Massa tomó la escapada hacia el primer lugar, mientras que Bottas intentaba obtener el segundo, aunque Hamilton reaccionaba a tiempo para conservar la posición. Rosberg, que prácticamente fue un espectador en la salida, se tuvo que contentar con el cuarto lugar.
En una salida llena de circunstancias, por detrás también ocurrían cosas. En la primera curva, los dos coches de Lotus chocaban entre sí y Fernando Alonso también impactaba contra su compañero Jenson Button, que se iba a la grava.
De esta manera, el venezolano Pastor Maldonado, el francés Romain Grosjean y Button -el peor parado del choque entre los McLaren- quedaban fuera de carrera; y entraba el coche de seguridad, en el que Alonso aprovechaba para cambiar el alerón delantero, dañado en el choque con su compañero.
En la reanudación de la carrera, Hamilton se lanzó como un león a recuperar la posición de privilegio, pero Massa defendió bien su lugar y el británico terminó cruzando la pista por fuera, perdiendo incluso la segunda posición en favor de Bottas.
Por detrás, el holandés Max Verstappen (Toro Rosso) perdía agarre en los neumáticos y se marchaba a la zona de grava, abandonando una carrera que se quedaba en apenas cinco vueltas sin cinco monoplazas, ya que el brasileño Felipe Nasr (Sauber) se quedó parado en el calentamiento y no pudo siquiera tomar la salida.
La situación se antojaba realmente complicada para Mercedes, con Massa y Bottas haciendo tapón a Hamilton. Aunque entre los dos coches de Williams también se percibían divergencias, con el finlandés mucho más rápido que el brasileño pero sin permiso para adelantar, y Lewis apretando por detrás.
Por detrás del cuarteto Williams/Mercedes, el alemán Nico Hülkenberg (Force India) había superado la mala salida de los Ferrari para ponerse quinto, seguido por Kimi Raikkonen y Sebastian Vettel. El ruso Daniil Kvyat (Red Bull), el mexicano Sergio Pérez (Force India) y el español Carlos Sainz (Toro Rosso) completaban los diez primeros lugares.
En la zona baja, Fernando Alonso (McLaren) era el principal beneficiado de la cascada de abandonos, escalando hasta el undécimo lugar al haber adelantado a los dos Manor de Merhi y el británico Will Stevens, y beneficiado por los pasos por talleres.
En torno a la vuelta 20 pasaba por talleres Hamilton, y después lo hacían Massa y Rosberg al mismo tiempo. Protagonizando una bonita lucha en la calle de garajes, pero con mal resultado para los Williams, ya que salían por detrás de Hamilton, que solo tenía a Bottas por delante, aún sin parar. De hecho, acto seguido paraba el finlandés y a su salida Hamilton quedaba en cabeza.
La maniobra de Mercedes fue magistralmente ejecutada para beneficio de Hamilton, que pasaba de tener dos Williams por delante a dejarlos atrás y marcar vuelta rápida tras vuelta rápida. El británico se distanciaba a más de tres segundos, mientras que Massa, Bottas y Rosberg estaban en un pañuelo.
Cuando se cumplía la mitad de carrera, el cielo comenzaba a amenazar lluvia, y la carrera proseguía con un piloto menos por el abandono del australiano Daniel Ricciardo (Red Bull). Diez vueltas después abandonaba Carlos Sainz al apagarse su coche.
En torno a la vuelta 38, cuando ya estaba en marcha la lluvia, comenzaron las paradas, primero por la parte posterior de la carrera, mientras que los pilotos de adelante mantenían los neumáticos de seco. Con unos chaparrones intermitentes, Rosberg hacía el agosto adelantando a Bottas y Massa, con lo que la situación volvía a la tónica de la temporada: los dos Mercedes delante, Williams detrás.
Seis vueltas más allá, los chaparrones se convertían en diluvio, y Hamilton volvía a ser el primero en tomar la decisión para cambiar a los neumáticos intermedios para la lluvia. Le siguieron Rosberg, Massa y Bottas, y se mantuvieron las posiciones de carrera, excepto que Vettel se situó por delante de los dos Williams.
Por detrás, Alonso lograba quedarse en la zona de puntos -décimo- gracias a haber sido de los primeros en poner el neumático de lluvia, mientras que Merhi marchaba en la duodécima posición, adelantando a Stevens, que se iba de la pista y patinaba hasta las defensas, con lo que se quedaba sin el alerón delantero.
Con el esfuerzo de una carrera muy dura, Hamilton veía la bandera a cuadros, hacía algún intento de trompo para su afición y chocaba las manos de todos sus mecánicos nada más abandonar el monoplaza.
El británico no solo lograba una victoria en su tierra, sino que lo hacía sobreponiéndose a todas las circunstancias, y demostrando que su liderazgo no solo es cuestión de la unidad de potencia; sino que también obedece a una buena lectura estratégica, como la que hizo hoy.