“Mi padre decidió distribuir en vida su patrimonio, integrado sólo con su ejemplo de profesional responsable, dedicado y su honradez a toda prueba, y nos hizo inmensamente ricos. Ese activo intangible que nos ha regalado no se va por el agujero de ningún banco, ni se pierde en malas inversiones”. Para Francisco (Pancho) Álvarez Valdez este fue el mejor legado dejado por su padre, el veterano periodista Francisco Álvarez Castellanos, quien falleció el pasado día 7 de este mes, tras padecer durante varios años de Alzheimer. Tenía 91 años de edad.

Hasta el momento de su diagnóstico estuvo trabajando como corrector de estilo en este diario donde era muy querido por sus compañeros de jornada.

“Además del inevitable amor filial, es inmenso el orgullo de ser hijo de Francisco Álvarez Castellanos y proclamarlo a los cuatro vientos”, expresó el reconocido profesional del derecho.

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A seguidas agregó: “Sus compañeros de trabajo fueron increíblemente valiosos para él, sobre todo, cuando su enfermedad comenzó a hacer estragos, pues lo recibían y cuidaban como familia”.

Según dijo Pancho esto lo pudo percibir cuando visitaba la sala de redacción del HOY a darle un beso a su amado padre. “Siempre besaba a sus hijos. Un beso que me conmocionó fue cuando en plena audiencia del caso Baninter, entró en el salón de audiencias y me plantó un beso frente a todos. Me puse colorado como un tomate y hoy el beso que más recuerdo es el de mi padre”.

Describió a su progenitor como un padre ejemplar, sacrificado y amoroso. Para pagar la educación de sus hijos hacía sacrificios enormes, como tener que lidiar con tres trabajos; en un noticiero radial, en el periódico y en una publicitaria. A eso se añade que era quien se encargaba de llevarlos al colegio.

Nacido en La Vega en 1932, Álvarez Castellanos desarrolló una prolongada carrera en la profesión periodística en medios como La Nación, El Caribe, HOY y el Listín Diario. Fue fundador de la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte).

Recibió múltiples reconocimientos

En el año 2001 fue condecorado con el Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, en grado de Comendador, por su trabajo en el periodismo dominicano. Mientras que en el 2004 recibió el premio Caonabo de Oro.

Colegas expresan pesar

El expresidente de Acroarte, Fausto Polanco, expresó su pesar y extendió condolencias a los familiares.

“Fue un maestro de la enseñanza como periodista, pero, además, un hombre noble, que se caracterizó por realizar un periodismo ético, apegado a la verdad”, expresó el editor de Espectáculo del periódico El Día.

Agregó que sus comentarios en la televisión tenían gran impacto porque los comunicaba con la verdad, con un estilo único, que conectaba con el público.

En tanto, Olivo De León, expresidente del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) y coordinador el Movimiento Marcelino Vega (MMV), recordó que Álvarez Castellanos desempeñó todas las áreas del periodismo y trabajó en los principales medios de comunicación del país. “Fue un excelente periodista, un gran compañero y un amigo leal. Dios lo tenga en su Gloria”, expresó De León.

Dijo que para el MMV, la muerte de Álvarez Castellanos es una pérdida irreparable, pues deja un vacío que no se podrá llenar.

Cátedras de humor

De su lado, el expresidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), Jorge Subero Isa, recordó los aportes de la revista Cachafú, con su lema: “ni de izquierda ni de derecha, manca”. Desde su óptica sentó cátedras de humor político”.

Don Papi perteneció a una generación de periodistas que vivió la transición de la dictadura de 31 años, que encabezó Rafael Leónidas Trujillo Molina, a la democracia.

Luego de graduarse de bachiller en su ciudad natal La vega, se trasladó a Santo Domingo donde trabajó en la entonces denominada secretaría de Estado de Salud Pública al mismo tiempo que estudia en la Escuela de Periodismo de la Universidad Santo Tomás de Aquino, primada de América, donde se gradúa en el año 1962.

Posteriormente, realizó estudios en el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL) en su sede en Quito, Ecuador y al regresar al país asume la dirección, presidencia y administración del periódico estatal La Nación hasta el golpe de Estado contra el profesor Juan Bosch, de donde pasa a laborar en el diario El Caribe y publica su columna De Política y de Políticos.

En el año 1964 creó y dirigió la revista de humor político Cachafú y en el 1965 una revista similar denominada Pum!. Durante la guerra civil trabaja para el periódico Patria.

A finales de la década de los sesenta, Don Papi formó parte de la dirección del vespertino El Nacional de Ahora, junto con Juan José Ayuso y Radhamés Gómez Pepín (fallecidos).

Asimismo, para esta época crea y dirige la revista Espectáculos Criollos, incursionando en la crónica de arte.