¿Hay agitadores externos en las protestas en universidades de EEUU?

¿Hay agitadores externos en las protestas en universidades de EEUU?

Históricamente, cuando los estudiantes de las universidades estadounidenses protestan, desde el Movimiento de Derechos Civiles hasta Black Lives Matter, suele oírse el estribillo de que los culpables son “agitadores externos”. Los administradores y funcionarios electos de las universidades han señalado frecuentemente a miembros de la comunidad que se unen a las protestas para desestimar las exigencias de los estudiantes que se manifiestan.

Los expertos dicen que esta es una forma cómoda para los funcionarios de deslegitimar las motivaciones de algunos movimientos políticos y justificar el hecho de llamar a los organismos del orden público para detener las acciones directas que, en gran medida, son pacíficas y están protegidas constitucionalmente por el derecho a la libertad de expresión.

“Esta táctica desvía la atención de las quejas genuinas y muestra a los movimientos radicales como si estuvieran orquestados por elementos externos oportunistas”, señaló Shanelle Matthews, catedrática de antropología y estudios interdisciplinarios de la City University de Nueva York y exdirectora de comunicaciones del Movement for Black Lives.

En las últimas semanas, estudiantes de campus de todo el país han levantado campamentos, ocupado edificios y realizado protestas para exigir a las universidades que dejen de invertir en empresas que se benefician de la guerra entre Israel y Hamás. Varios dirigentes universitarios y de las ciudades han señalado la amenaza de los elementos externos cuando describen las protestas, y algunos han respondido cancelando o cambiando los planes para las ceremonias de graduación.

Esto es lo que hay que saber sobre la frase “agitadores externos”, que se ha usado en los movimientos estudiantiles históricos.

EL MOVIMIENTO DE DERECHOS CIVILES (DÉCADAS DE 1960 Y 1970)

Generalmente, los movimientos de protesta están integrados por miembros de la comunidad local y organizadores de otras partes del estado o del país que trabajan juntos hacia un objetivo común. En la década de 1960, las autoridades estatales y locales usualmente se centraron en este sello distintivo de organización comunitaria e insinuaron que las protestas a favor de los derechos civiles estaban organizadas por personas externas a una comunidad determinada.

En 1960, un grupo de estudiantes universitarios negros publicó un anuncio de una plana completa en diarios de Atlanta titulado “Un llamado a los derechos humanos” en el que expresaban su solidaridad con los estudiantes de todas partes que estaban a favor de los derechos civiles. El político segregacionista y entonces gobernador de Georgia, Ernest Vandiver, insinuó que el desplegado fue creado por extranjeros y lo calificó como un intento de “generar insatisfacción, descontento, discordia, y maldad”.

“No parece haber sido preparado por ninguna escuela o colegio de Georgia; tampoco se lee como si hubiera sido escrito en este país”, declaró a la prensa.

La idea de que agitadores externos participaron en las protestas a favor de los derechos civiles se volvió tan común que Martin Luther King Jr. habló contra la etiqueta en su carta desde la cárcel de Birmingham en 1963.

“La injusticia en cualquier parte es una amenaza para la justicia en todas partes”, escribió King. “Nunca más podemos permitirnos vivir con la estrecha y provinciana idea del ‘agitador externo’. Cualquier persona que viva en Estados Unidos nunca puede ser considerada como un elemento externo en ningún lugar dentro de sus fronteras”.

En la década de 1970, el expresidente Richard Nixon esperaba poder vincular con agitadores externos los asesinatos a tiros de varios estudiantes de Kent State cometidos por la Guardia Nacional, pero el FBI no pudo establecer ese vínculo. Los estudiantes protestaban contra la guerra de Vietnam.

En el movimiento por los derechos civiles, la etiqueta fue usada como un arma contra miembros de la comunidad que levantaban la voz o apoyaban a los manifestantes y organizadores, señaló Dylan C. Penningroth, escritor e historiador que imparte clases de leyes e historia en la Universidad de California en Berkeley.

“(La etiqueta) deslegitima el disenso interno contra el status quo. De esta forma, cualquier persona que levante la voz contra el statu quo, cualquiera que éste sea es, por definición, un elemento externo”, afirmó.

Esto también pasa por alto el hecho de que los organizadores locales a favor de los derechos civiles suelen inspirarse en otros movimientos de protesta, dijo Penningroth, y fomentar la solidaridad con otras personas en el país puede ser una parte importante para lograr un cambio

BLACK LIVES MATTER (2013-PRESENTE)

Casi medio siglo después, el asesinato en 2014 de Michael Brown por un oficial de policía en Ferguson, Misuri, generó protestas generalizadas contra la brutalidad policiaca.

De nueva cuenta, frecuentemente se mencionó y se culpó a agitadores externos por la destrucción, el saqueo y la quema de edificios.

El mismo lenguaje se utilizó para describir las protestas provocadas por el asesinato en 2020 de George Floyd por la policía de Minneapolis, y que provocaron más de 10.000 arrestos en todo el país.

El gobernador de Minnesota, Tim Walz, insinuó que 80% de quienes participaron en los posteriores disturbios en Minneapolis provenían de fuera del estado. Sin embargo, en un análisis realizado por The Associated Press se encontró que 41 de las 52 personas mencionadas con arrestos relacionados con las protestas tenían licencias de conducir de Minnesota.

PROTESTAS PROPALESTINAS (2024)

El número de personas arrestadas en relación con las protestas en campus de colegios y universidades contra la guerra de Israel en Gaza ha llegado a 2.800. The Associated Press ha contado al menos 70 incidentes en 54 escuelas desde el inicio de las protestas en Columbia, el 18 de abril.

Las autoridades han utilizado la retórica de los agitadores externos en unos cuantos casos en todo el país. Después de que docenas de estudiantes fueron arrestados en las manifestaciones del 4 de mayo en la Universidad de Virginia, un funcionario del orden público de alto nivel insinuó que elementos externos tenían “altavoces para instruir a los manifestantes sobre cómo flanquear a nuestros oficiales”.

“Recibimos información de que agitadores externos han comenzado a participar en estas protestas en el campus”, declaró a Fox News el procurador general de Virginia Jason Miyares el 6 de mayo.

En las protestas contra la guerra realizadas en los campus de la Universidad Emory de Atlanta, en la Universidad Northeastern de Boston y en el Instituto de Tecnología de Massachusetts en Cambridge, las autoridades escolares y los organismos del orden público han hecho afirmaciones inexactas respecto de la presencia de no estudiantes.

PROTESTAS PROPALESTINAS EN LA CIUDAD DE NUEVA YORK (2024)

El 30 de abril, oficiales de policía de la ciudad de Nueva York que portaban equipo antimotines entraron en el campus de la Universidad de Columbia y desmontaron un campamento, arrestando a más de 100 personas. El alcalde de la ciudad de Nueva York Eric Adams ha mencionado repetidamente la presencia de “agitadores externos” para justificar el uso de la fuerza policiaca.

“Existe un movimiento para radicalizar a los jóvenes y no esperaré hasta que se termine y que todos los estudiantes reconozcan su existencia”, dijo Adams en una conferencia de prensa el 1 de mayo.

Sin embargo, cuando se le pidió información específica, el alcalde y los oficiales de policía tuvieron poco que decir. Adams ha dicho repetidamente que decidió que la intervención policiaca era necesaria en las manifestaciones de Columbia tras averiguar que el esposo de una “agitadora” fue “arrestado por terrorismo federal”.

Sin embargo, la mujer mencionada por el alcalde no se encontraba en el campus de Columbia esa semana, no es una de las manifestantes arrestadas y no ha sido acusada de ningún delito.

Nahla Al-Arian dijo a The Associated Press que estaba de visita en la ciudad el mes pasado y se detuvo brevemente cerca del campus para ver el campamento de protesta. También dijo que Adams había caracterizado erróneamente los hechos acerca de su marido, un antiguo catedrático de ingeniería cibernética acusado hace dos décadas de apoyar ilegalmente al grupo miliciano palestino Yihad Islámica en las décadas de 1980 y 1990.

Varios estudiantes que participaron en las protestas de Columbia han dicho a la AP que es verdad que algunas personas no afiliadas a la universidad han estado en el campus y han desempeñado una función activa en las manifestaciones, pero han negado vehementemente que esos aliados dirigieran o “radicalizaran” a los alumnos.

“Si bien es cierto que hay personas con intenciones nefastas que intervienen en las protestas, esa es la excepción y no la regla”, señaló Matthews. “Dado este hecho, las personas deben ser cautelosas con esta narrativa”.