¿HAY POETAS MALDITOS EN LA REPÚBLICA DOMINICANA?

¿HAY POETAS MALDITOS EN LA REPÚBLICA DOMINICANA?

En la literatura occidental lo que se conoce como poetas malditos posee una amplia resonancia que envuelve una forma de vida, ante todo. Forma de vida contra todo lo que podría significar normas de conductas o actitudes ante la sociedad.

Aparentemente, al poeta maldito no le importa la sociedad, sino su “suciedad”; su “no me importa” para con la vida que encubre muchas veces su genialidad ante la forma de arte que cultiva.

Los poetas malditos o bohemios, que tiende a interpretarse como lo mismo u otras manifestaciones artísticas, en el fondo son los “Raros”, deun libro famoso de Rubén Darío de 1896, escrito como artículos para un periódico de Buenos Aires y publicado el mismo año que muere Paul Verlaine, que Rubén Daríoa borda en semblanzas magistrales de autores de diferentes manifestaciones creativas, prosistas, poetas y hombres de letras, de una forma u otra, queriendo parecerse al libro de Paul Verlaine, titulado,“Los poetas malditos”, publicado años atrás.

¿En la República Dominicana han existido poetas malditos o malditos poetas? Prefiero a estos últimos y decir que proliferan más para “desgracia” de la poesía criolla. Criolla porque se escribe desde la idiosincrasia de la percepción del patio, con toda la connotación que lo anterior pueda implicar.

Reitero, es preferible quedarse con los poetas malditos que son de origen de la literatura francesa, más bien de la poesía del siglo XIX.

Término en gracia que acuñó Paul Verlaine y que pasó a definir una forma de vida y de escribir en correspondencia de cuerpo único, alma y espíritu, drogas, alcohol, mujeres, homosexualismo, etc.
No es que no hayan existido poetas malditos desde los albores de la humanidad; la misma escritura, es decir, escribir poesía ya tiene algo de maldito.

Existen poetas malditos antes del acuñamiento del término por parte de Verlaine, que sirvió de guía espiritual a Rubén Darío y a quien éste llamó “Padre Mágico”.

En el caso de Rubén Darío, podría también catalogarse como el padre de los malditos poetas, más que por su obra, por su vida. Los temas asociados a los poetas malditos son la bohemia, la sexualidad desordenada, la pobreza y la riqueza dilapidada,familia desmembradas,anticlericalismo que representan sino caos, bajo la sombra de una sensibilidad única que colinda con el cultivo del ocultismo, cuyo objetivo principal, para los poetas,era buscar nuevos horizontes para la creación literaria.

Los mismos orígenes tuvieron malditos poetas, pero sin la calidad simbólica de los poetas malditos. La vida de estos últimospoetasfue todo desenfreno, que sus contemporáneos los vieron con indiferencia, pero las siguientes generaciones con admiración, como genios. Tal es el caso del alquimista de la palabra poética Arthur Rimbaud.


En el caso de la República Dominicana, se puede decir que el término empezó barajarse a partir del conocimiento por forma de vida y escritura, en ascenso, a partirdel simbolismo, modernismo y postmodernismo, desde a finales del siglo XIX.

Al poeta o escritor siempre se le ha tenido como un “inadaptado” cual sea la razón, que van desde problemas de orden familiar hasta locuras heredadas o cultivadas por manera de llevar y pensar la vida, hasta dar al traste con esa personalidad que prometía mucho y tal vez nada pero que, en ambos casos, el cultivo de algún género literario, principalmente la poesía lo exacerba. Un caso a destacar de escritores malditos podría ser el autor de “Pro-Psique”, de Ricardo Sánchez Lustrino, Editora Sempere, 1912, España.

Autor hoy olvidado, pero que a su juventud temprana manejaba la prosa de “pensamiento” con aliento poético, a lo maldito.

Es el primer autor influenciado por Frederick Nietzsche de la República Dominicana, con el libro“Pro-Psique” de alquimia verbal positivista,con todo tipo de planteamientos nietzscheanos y vargavilianos, que rayan en lo anticlerical, psicológico, sociológico, bacanales y patrioteros. En esencia, era el lenguaje que se entendía como maldito, por los jóvenes bohemios de Santo Domingo, prosistas y cultivadores de poesía.

Lenguaje preciosista hasta la saciedad, que transmitía más que arte, desmanes verbales patrioteros y pasionales baudeliarianos de a finales del siglo XIX y comienzo del XX. Bajo esa atmósfera nacieron poetas que luego ligeramente superarían ese lenguaje, entendido falsamente como modernista.

Domingo Moreno Jimenes con “Vuelos y Duelos” (1916) y “Psalmos” (1916), Virgilio Díaz Ordóñez con “Nocturnos del Olvido” (1925) y “La Sombra Iluminada” (1929) y Manuel Zacarías Espinal(1901-1933), sin obra poética publicada en vida, pero recogida décadas más tarde por su hija Ligia Espinal con ilustraciones de Eligio Pichardo, edición privada, 1961, tras el ajusticiamiento de Trujillo. Poemas con aliento de maldito, por como murió podrían asociársele.

Sus tres poemas en prosa que sobrevivieron, poseen una carga de ensueño y pesadilla nada envidiable. Estuvo asociado a la poesía vedrinista, que no se podría definir, aunque se hiciera un exorcismo.

En las décadas siguientes, en movimientos y grupos que fueron fraguándose en la sociedad dominicana, bajo el amparo de la dictadura trujillista, como el de la Poesía Sorprendida y los aglutinados en Cuadernos de Cultura, que tuvo en su seno al autor de “Yelidá”, Tomás Hernández Franco, que en sus comienzos sí fue un poeta bohemio, vanguardista, digamos, maldito poeta, aunque su poema más célebre, el anterior citado, no tenga nada que ver con temas malditos.

Algunas de sus obras publicadas en Francia, siendo muy joven posee, como “El hombre que había perdido su eje”, en prosa, París 1926, aire de irreverencia, sin la calidad, reitero de su inmenso poema“Yelidá”.

En principio y por qué no, al final también, los sorprendidos estaban y escribían una poesía más cerca de una metafísica general que individual como alcanzaría más luego algunos de sus miembros, pero sin superar muchos de esos poemas que escribieron en grupo, individualmente se volvieron malditos poetas, más que poetas malditos. La individualidad les creó pruritos de creerse ser mejor que sus compañeros, llevando esos “pleitos” a lo personal ajusticiado Trujillo.

Tal es el caso de Antonio Fernández Spencer versus Franklin Mieses Burgos versus Freddy Gatón Arce versus Aída Cartagena Portalatin versus Manuel Rueda. Al final de sus vidas se soportaban sin quererse.

En la postrimería de la dictadura surgieron los poetas de la Generación del 48, con un empuje y una unidad grupal y hermandad que nunca perdieron, a diferencia de la anterior. Domingo Moreno Jimenes y el Postumismo hacía mucho que era una isla en medio del océano mental del fundador.

La Generación del 48 ha sido la más unida que ha tenido la poesía dominicana con todo y abrigar uno que otro poeta aspirante a poeta maldito, pero lo que alcanzaron fue la estatura de malditos poetas, por sus vidas y sus decisiones personales, degeneraron en alcohólicos, tal el caso de uno de sus mejores integrantes, Luis Alfredo Torres, autor de “Canto a Proserpina” y “los Bellos Rostros”, incluido en “Los Días Irreverentes”, primera edición en Colección Testimonio, año 1966, de la editora Arte y Cine.

Independientes son Ramón Lacay Polanco, prosa poética, Héctor J. Díaz y Juan Sánchez Lamouth, como malditos poetas.

La poesía maldita o malditos poetas de la República Dominicana, están más cerca de la culpa que de la liberación, que fue el fin de los poetas malditos, en esencia.

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