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Los minerales para alimentar al caballo proceden de la tierra y no son tan fácilmente destruidos como las vitaminas.
Sin embargo, con frecuencia hay muy pocos en el heno, pangola o en el grano, o posiblemente estén desbalanciados. Esto es debido a que muchos minerales pueden ser deslavados de la tierra por lluvia o quizás hayan sido utilizados por cosecha previas; o nada más son deficientes por naturaleza en algunos lugares del país. Las vitaminas difieren de otros nutrientes tales como hidrato de carbono, grasa y minerales, en que no forman tejidos del cuerpo; sin embargo, son necesarias para los procesos normales de la vida.
Las vitaminas generalmente se clasifican en dos grupos tomando como base su solubilidad; son liposolubles o hidrosolubles. Las vitaminas liposolubles son la A-D-F y algunas veces la K y en diferente concentración, puede almacenarse en el hígado y en otras parte del cuerpo, para su uso posterior.
El segundo grupo está integrado por las vitaminas hidrosolubles que son el complejo B (riboflavina), ácido pantoténico, tiamina, niacina, B2, etc, y la vitamina C. Estas vitaminas no son almacenadas ni por cortos periodos de tiempo. Aun cuando se reciben en grandes dosis, no rápidamente vertidas a la orina y eliminadas. Por esta razón es importante que se provean a intervalos frecuentes.