Fueron la fuerza militar que sustentó la Revolución de Abril de 1965, los que inspiraban seguridad y confianza en el pueblo y temor en las tropas interventoras estadounidenses y en las dominicanas contrarias al movimiento.
Eran los únicos con entrenamiento y disciplina, preparados para dirigir guerras especiales, nadar en combate, bucear, asaltar, ranearse bajo fuego y alcanzar un objetivo, dinamitar, colocar explosivos…
Eran los famosos Hombres Rana de la Escuela Especial de Comandos, poco conocidos porque constituían una reserva exclusiva durante la tiranía de Trujillo, formados por expertos extranjeros.
Se revelaron en la contienda bélica y fueron novedad con sus uniformes negros y su intrépido comandante Manuel Ramón Montes Arache, al que siguieron y obedecieron incondicionalmente.
Estuvieron en todos los comandos, participaron en todas las batallas, asaltos, combates, escaramuzas.
Sumaban 101 soldados resueltos a defender la Constitución. Eran el Cuerpo Élite de la Marina de Guerra y estuvieron en la conflagración hasta el final. En el asalto al hotel Matum sobresalieron por su valor y su audacia.
Pero su entrega a la causa constitucionalista, su martirio y su arrojo, la persecución, la cárcel, el destierro no han sido reconocidos y la heroica actuación de los Hombres Rana en abril está sepultada como la mayoría de estos hombres de la gesta que han ido muriendo en la extrema miseria en la que también están sumergidos muchos sobrevivientes.
Cuatro de ellos quieren reivindicar la memoria de este colectivo y solicitan al Ayuntamiento del Distrito Nacional incluir en la resolución que rinde homenaje a hombres y mujeres destacados en la lid, una avenida que se denomine “Cuerpo de Hombres Rana” y que en su centro se erija una tarja con sus nombres.
Pedro Germán Ureña, Ignacio Cuevas Leyva, Eddyberto Estrella Fernández y Manuel Emilio Martínez son los proponentes. Germán Ureña era el segundo Rana después de Montes Arache quien, tomando en cuenta su arrojo, lo designó después seguridad del presidente Caamaño.Conocen la historia y el destino de cada uno y Germán vive aferrado a documentos que enriquece a diario con el testimonio de oficiales que localiza, aunque la vida personal, hasta con sus apodos, la conocen y la narran los cuatro.
Ignacio, que al igual que todos era buzo o “BZ”, fue herido en el labio superior durante el asalto a la Fortaleza Ozama a pesar de su ametralladora Cristóbal con tres cargadores y de “tener la torre con mucha claridad”. Lo alcanzó una partícula, lo llevaron al hospital Padre Billini, se recuperó, se reintegró al comando del 14 de Junio y desde un tercer piso “observábamos todos los movimientos aéreos y navales”, cuenta. Después estuvo en una escaramuza en la que un francotirador asesinó a un joven.
“Los Hombres Rana hicimos lo que había que hacer y estábamos en todas partes. Cuando decían ahí va un hombre-rana, el pueblo nos seguía porque sabía que estaba seguro”, significa Germán Ureña para que no se individualice el encuentro.
Aseguran que nunca fueron represivos pero sí defensores. “Cuando se dijo: ¡vamos para el puente!, allá íbamos, ¡ataquemos la fortaleza Ozama!, ahí estuvimos. Combatimos la masacre de los gringos el 15 y el 16 de junio y asistimos a todos los comandos. Los americanos querían exterminarnos pero no pudieron”, dicen.
Sobresalieron además como expertos maestros en su Escuela de Entrenamiento ubicada en el antiguo Conservatorio Nacional de Música, enseñando a civiles a manejar G-3, M-1, Thompson, Fal, R-15, San Cristóbal, algunas conseguidas después de la Ocupación, otras agenciadas en cuarteles asaltados.
Ranas caídos. “El primero de los nuestros que cayó fue Thomas Torres, desangrado debajo de un tanque en el asalto a la Fortaleza”, expresan.
Otro, Ramón Mauricio Villanueva, fue herido de muerte en el asalto al Palacio Nacional. “Cuando iba de retirada un balazo le dio en un pulmón que ya tenía afectado”.
En la calle Benito González, cerca del Mercado Modelo, asesinaron a Eduardo Abreu Heredia “en una trifulca de bandoleros. Él salió a poner orden y le descargaron una ametralladora”.
“Fueron muy pocos los Rana muertos”, comentan. Añaden que se debió a que eran “una máquina de guerra”.
En la inmensa lista preparada por Germán Ureña figuran ellos cuatro, los citados que cayeron, otros que han ido muriendo, los vivos y los desaparecidos, con sus rangos. Son 110 por lo que resulta extensa para reproducirla.
En el Matum. La historia de este suceso es tan larga en sus recuerdos como el inventario de los Hombres Rana, presentes también en Santiago el trágico 19 de diciembre cuando ya Caamaño no era Presidente ni Montes Arache ministro de las Fuerzas Armadas pero los Rana fueron decisivos para repeler los ataques y olfatear la presencia de los cientos de guardias vestidos de civil desde la iglesia y el cementerio donde se rendía tributo póstumo al coronel Rafael Fernández Domínguez.
“Caamaño recibió varias llamadas de García Godoy advirtiéndole: ‘no te vayas que te van a atacar en el camino”, refiere Pedro Germán, entonces jefe de escolta del coronel.
En el templo los vio sin uniforme pero con pistolas y en el cementerio “nos recibieron con una lluvia de tiros. El Matum estaba rodeado de guardias desde el Monumento. Ahí comenzó Montes Arache a disparar y Caamaño diciéndole que no tirara, que eran nuestros hermanos”, agrega.
-Sí, pero esos hermanos vienen a rompernos el c.- ripostó el comandante de los Rana.
“Como a las 12 recogieron alrededor de 60 muertos y entonces dijo Caamaño: ¡a tirar todo el mundo!”, narra Germán Ureña. Añade que “Carmelo y José Quezada Tiburcio, ranas, se hicieron cargo del área de la piscina y los demás quedamos en posición en las habitaciones, tirando por las ventanas. Montes Arache dirigió los ataques, él sabía de eso y le gustaba”, dicen.
Otro héroe de ese acontecimiento fue Rubén Darío Guerrero, que con el fusil de Caamaño “le tiró a un tanque X-15, le dio en la llave y el cañón se volvió loco y mató como 15 de ellos. Ahí llegaron los americanos, y ya”, testimonia Germán.
La avenida. “Sería de justicia que el Ayuntamiento designara una avenida grande y ancha, transitada, con el nombre “Cuerpo de Hombres Rana”. Los Hombres Rana presentaron defensa a base de su entrenamiento y buen sitial, fueron los hombres de la Revolución, estuvimos en todos los frentes, la élite de la guerra de 1965 fueron losHombres Rana”, enfatizan.
Señalan que contribuyeron, además, “con nuestro ejemplo. El Cuerpo de Hombres Rana fue el que verdaderamente se hizo cargo, como fuerza militar principal, para defender la Constitución y luchar para reponer al presidente Bosch. Cuando militares se convirtieron en contrarios, ahí estuvimos los Hombres Rana para defender la soberanía”.