El pasado 15 de agosto del 2022 quedará sellado para siempre en la historia dominicana.
Ese precioso día se clausuró con gran devoción el año jubilar concedido por el Papa Francisco a la iglesia dominicana gracias a la solicitud que le hiciesen nuestros obispos para este propósito por haberse cumplido los primeros 100 años de haber sido coronada canónicamente la Sagrada Imagen de Nuestra Señora de la Altagracia.
El 15 de agosto de 1922 el pueblo dominicano la proclamó como su reina y soberana.
En ese entonces nuestro Arzobispo, Monseñor Adolfo Nouel junto a Monseñor Vasconcellos delegado del Papa Pío XI quien la coronó frente al Altar de la Patria y con la presencia unos 35,00 fieles llenando por completo esa área de nuestra zona colonial.
Este gran acontecimiento marcó un antes y después de la relación filial de nuestro pueblo con la madre de Dios.
Esta reseña pretende dar una vez más. El testimonio público de sus frutos.
Sucedió que en aquel entonces nuestro país estaba sufriendo como muchos otros la fiebre española y también la ocupación norteamericana.
Estas peticiones, tanto una como la otra, fueron incluidas en las plegarias confiadas a la Madre.
Ella diligente y presta puso a disposición del pueblo dominicano su influencia innegable ante su Hijo Jesús, quien todo lo puede y nada le niega.
El pueblo y la historia dan testimonio que fueron escuchadas y complacidas pues tanto la pandemia como la ocupación americana se alejaron por siempre de nuestro territorio.
Palabras no cabrían en este espacio para reseñar los favores individuales, familiares, y nacionales que han sido donados desde el cielo gracias a su mediación: no solo en estos 100 años de haber sido distinguida y homenajeada sino muchos años antes más.
Esta bella advocación de la Altagracia es la primera advocación mariana del continente americano.
Año Jubilar Altagraciano
Detengámonos en la historia reciente del Año Jubilar Altagraciano.
Nuestro Episcopado se esmeró en que se hiciese una celebración como nuestra Madre se merece y delego en una comisión para este propósito presidida por Su Excelencia Monseñor José Dolores Grullón Estrella, Obispo Emérito de San Juan de la Maguana.
Esta comisión tan diligente fue sumando voluntades (son tantas que si las menciono me extendería mucho. Además, ellos saben quienes son y la homenajeada y su Hijo también).
La algarabía se hizo tan contagiosa que el Espíritu Santo suscito un movimiento: «Unidos por la Altagracia».
Este fue creciendo y a medida que pasaban los días, no solamente crecía en las Hijas de la Altagracia y los Fervorosos de la Altagracia que tienen poco más de 100 años de existencia, sino que se sumaron a estos las Damas de la Altagracia entre otros.
El rezo del Santo Rosario volvió a dinamizarse en nuestras Iglesias y movimientos. Charlas espirituales y sobre todo el volver a los sacramentos de la penitencia y de la eucaristía con la modalidad tan especial de las peregrinaciones a los templos jubilares designados por nuestros obispos se realizaron en todas nuestras diócesis.
Estas peregrinaciones concedían a quiénes se disponían espiritualmente a recibir las indulgencias plenarias a través de nuestra Santa Madre Iglesia.
Nuestra Señora de la Altagracia seguía siendo canal de gracia y misericordia para su pueblo.
Un pueblo que trasciende las fronteras geográficas y se extiende en sus diásporas por todo el mundo.
Quien les escribe da fe y testimonio que así ha sido desde Estados Unidos, Nueva York, México, Argentina y muchas otras naciones las cuales celebraron en grande el don de la maternidad espiritual de María de la Altagracia.
El día de su fiesta: 21 de enero 2022
No puedo dejar de mencionar el gran esmero como recibimos el día de su fiesta: el 21 de enero del 2022 y por supuesto, dentro del año jubilar.
Ese día se hizo una bendición nacional con el Santísimo Sacramento por aire, mar y tierra acompañado de su Sagrada imagen.
Fue hermoso: un día único y de gran bendición y unción.
Clausura del Jubileo Altagraciano
Por supuesto que también lo fue el día de su clausura 15 de agosto cuando la sagrada imagen salió por vez primera en 100 años desde su sede, la Basílica de Higüey el día 14, vísperas del aniversario del centenario de su coronación.
Salió acompañada por el rector de la Basílica, por tierra y en caravana de incontables vehículos que la cortejaron y pudieron ser testigos quiénes venían dentro de ellos del gran fervor demostrado a su paso.
Al llegar a Santo Domingo una delegación de 100 niños la recibieron en el puerto de Don Diego recorriendo el mismo trayecto que se hizo en 1922, aunque debo aclarar que en aquella ocasión vino por vía marítima.
Luego de la acogida tierna de esa bella comisión infantil fue recibida por el Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo Su Excelencia Monseñor Francisco Ozoria Acosta y sus obispos auxiliares, sacerdotes religiosas y todo el pueblo de Dios en el Monumento de Fray Antón de Montesinos junto a la Alcaldesa Carolina Mejía.
La algarabía vivida a su llegada es indescriptible. Luego de un bellísimo acto, todos la acompañaron en procesión hacia la Catedral Primada de América donde hubo una vigilia con celebración de la Santa Eucaristía para esperar el gran día.
Día de Clausura del Año Jubilar Altagraciano
A las 6 de la mañana la Reina y Soberana volvía a salir en caravana en procesión hacia el Altar de la Patria donde el Presidente de la República Luis Abinader en compañía de la Señora Raquel Arbaje su esposa y la Vicepresidente Señora Raquel Peña, la señora Carolina Mejía Alcaldesa de Santo Domingo y demás autoridades e invitados le hicieron un bellísimo acto de honor con la presencia de Su Excelencia Monseñor Edgar Peña Parra delegado del Papa Francisco, Su Excelencia Monseñor Francisco Ozoria, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo y sus obispos auxiliares, Su Excelencia Monseñor Jose Dolores Grullon, Su Excelencia Monseñor Raúl Berzosa, Monseñor Lorenzo Vargas entre otros.
Al terminar dicho acto la Sagrada Imagen fue trasladada al Estadio Olímpico Félix Sánchez donde una multitud de fieles llenaba el espacio en presencia de un día radiante lleno de sol.
En ese lugar se vivió una bella eucaristía en presencia de nuestros obispos, presidida por el delegado del Papa Francisco, Su Excelencia Monseñor Edgar Peña Parra.
“El Santo Padre – comenzó diciendo Mons. Peña Parra – me envía para trasmitirles su saludo y acompañarlos en esta última etapa del peregrinaje jubilar que, como Iglesia, están realizando en esta significativa conmemoración del primer centenario de la coronación canónica de aquella que han querido llamar ‘el más dulce regalo de Dios a los dominicanos’”.
Al final de la Santa Misa dio la bendición con indulgencia plenaria.