En la milicia dominicana no se admiten homosexuales, perros sí. A tal punto que si se sabe de alguien lo sacan de sus filas sin mediar razones. Sin embargo, el uniformado que va dejando un hijo en cada pueblo es visto como un ejemplo de macho alfa masculino varón hombre. La patria perdona el promiscuo, pero sacrifica el amor entre iguales. ¿Hubo gay en la formación de la República? Sería irrisorio pensar que no.
El tema siempre ha sido objeto de debate en las filas armadas, sobre todo en el ejército. Confunden la orientación con el circo. Un hombre puede tener actitudes que tradicionalmente se consideran femeninas y no ser homosexual o verse muy varonil y ser gay. Una cosa no es directamente proporcional a la otra, confunden la caricaturización mediática del homosexualismo con la orientación real y ahí meten la pata.
“Solo se permiten hombres o mujeres, nada de indefinidos”, exclamó con holgura el alto mando militar durante una entrevista, demostrando ignorancia mayúscula porque no existe persona más propia de sí misma que un homosexual definido. Quien conoce humanos con preferencias sexuales de esta índole sabe que son sumamente inteligentes, dedicados, enfocados en sus objetivos, ambiciosos y muy profesionales en sus áreas. ¿Cómo sabe el reclutador si tal o cual es gay? ¿Qué tipo de pruebas se aplican?
Es muy probable que uno o varios de mis amigos homosexuales le haya prestado servicio al ejército en cuestiones de comunicación y los resultados hayan sido grandiosos, porque así suelen ser, muy buenos en lo que hacen. También existe la gran posibilidad de que una de sus agentes honorables sea lesbiana y eso no le reste méritos, por el contrario, ser la mejor entre tantos es digno de aplaudir, y la preferencia sexual no tiene que ver.
¿Un gay no tiene fuerzas para cargar un fusil? ¿Una lesbiana “contagiará” a sus compañeras? ¿El miedo es que entren o que lideren? Todas las anteriores son preguntas que me hago con razones lógicas, la discriminación no puede estar institucionalizada en ningún grupo social, mucho menos en un país que se dice estar en vía de desarrollo. Se estima que el 10 % de la población prefiere su mismo sexo, lo que implica que pueden ser militares, médicos, comunicadores, funcionarios, legisladores y presidentes.
El artículo 27 de la Ley General de la Juventud afirma: “Todos los y las jóvenes dominicanos/ as, a los fines de la presente Ley, no podrán ser discriminados por su sexo y/u orientación sexual. Se considera contraria a la presente Ley, cualquier forma de prejuicio o discriminación que se funde en la condición sexual o que tome en cuenta la vida sexual de los y las jóvenes, la cual se considera como privativa de la persona”.
La Constitución, en su artículo 39, establece el derecho a la igualdad, exige que hombres y mujeres reciban el mismo trato de las instituciones y eso no puede alterarse por razones de sexo, género, color de piel, credo, ideología, nacionalidad, edad, lengua o condición social. El inciso quinto del mismo artículo precisa que el Estado debe garantizar la participación equilibrada de ambos sexos en los organismos de control.
También el artículo 43 se refiere al tema cuando precisa que toda persona tiene el derecho de desarrollar su personalidad sin ser discriminada por eso. Quien solicita entrar a las filas militares es hombre o mujer en cuanto al sexo, por lo que ya tiene el derecho de ser admitido. La Constitución no menciona, en ninguno de sus párrafos, la homosexualidad como limitante para ello. A los que son así los consideran infrahumanos, embajadores del pecado que no merecen respeto colectivo, una cosa tóxica.
¿Cuáles son los mecanismos que usa el ejército y la policía para determinar si una persona es homosexual o no? ¿Miden la orientación por el rosado en su corbata o el azul en los tacos? ¿Si un agente se declara gay, lo cancelan deshonrosamente? ¿Ese mismo examen que usan también lo aplican para saber si un aspirante es psicópata, pedófilo, sociópata, violador, criminal, abusador, extorsionador o mitómano? ¿Ese filtro no mide el machismo o perfiles potencialmente agresores? ¿Cuál es la pericia de quienes evalúan?
Sería estúpido pensar que ningún homosexual ha defendido la nacionalidad dominicana en las tantas revoluciones que hemos vivido. En la guerra de 1965 participaron gays y así cuentan los sobrevivientes; quién sabe cuántos estuvieron en 1916, en 1863, en 1844, o en 1821. Que te impidan servir a tu país con las armas por tu preferencia sexual no solo es ilegal y discriminatorio, sino que supone una negación de derechos fundamentales.
Estoy seguro que en nuestras fuerzas armadas y policía hay homosexuales, en el closet. Lo que vemos en los medios son un tipo de activistas que asumen la apariencia femenina o masculina como identidad, pero el gay promedio pasa desapercibido porque su orientación es parte de su vida privada, como también debería ser un heterosexual. La homosexualidad no mata ni se pega, el machismo si hace daño, y mucho.