En el vasto paisaje de la República Dominicana, la historia se teje con los hilos del tiempo y las acciones de quienes labraron el camino hacia un futuro promisorio.
Entre nuestros visionarios, Ángel Miolan brilla con luz propia como un faro guía en el horizonte del turismo dominicano.
Hoy, se alza Persio Maldonado con la propuesta de bautizar el aeropuerto de Pedernales con el nombre de Ángel Miolán, un hombre cuyo compromiso y dedicación transformaron la industria turística en el pais, mientras participaba en el almuerzo organizado por la Asociación Dominicana de Prensa Turística (Adompretur).
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Desde sus primeros pasos como funcionario del gobierno dominicano en el 1966 hasta su periodo como senador de la provincia de Dajabón entre 1986 y 1990, Miolán no solo dejó huellas imborrables en la política, sino que también dejó un legado perdurable en el desarrollo del turismo.
Durante su tiempo en el gobierno impulsó una serie de leyes y políticas destinadas a fortalecer la industria turística. La promulgación de la Ley Orgánica de Turismo, la Ley de Incentivos Turísticos y los Financiamientos Turísticos sentaron las bases para el crecimiento y la prosperidad del sector en la República Dominicana. En todas, hizo su aporte.
Estas medidas no solo atrajeron inversiones y fomentaron el desarrollo de infraestructuras turísticas, sino que también generaron empleos y promovieron el bienestar económico en todo el país.
El legado de Ángel Miolán va más allá de las políticas y los números. Él fue el arquitecto de una visión audaz para el turismo dominicano, una visión que creía en el potencial ilimitado de nuestra nación como un destino turístico de clase mundial.
Fue él quien instaló la primera escuela de turismo del país, sembrando las semillas del conocimiento y la capacitación que florecieron en generaciones futuras de profesionales del turismo.
Sin embargo, más allá de sus logros y contribuciones tangibles, lo que hace de Ángel Miolán un candidato ideal para dar nombre al aeropuerto de Pedernales es su espíritu visionario y su dedicación inquebrantable al desarrollo del país.
La famosa frase “¿Dónde están los turistas?”, en la cabeza de Miolán puede haber sido objeto de mofa en su momento, pero hoy resonaría como un himno de determinación y visión.
Al poner el nombre de Ángel Miolán al aeropuerto de Pedernales, no solo estaríamos honrando su memoria, sino también reconociendo la importancia del turismo como motor de desarrollo y progreso de la República Dominicana.
Pienso que sería un tributo merecido a un hombre cuya visión y liderazgo dejaron una huella indeleble en la historia de nuestro país.