Un día como hoy, pero del año 1838, un grupo de jóvenes liderado por Juan Pablo Duarte fundaron la sociedad secreta La Trinitaria con el objetivo de liberal al país del poder que por 22 años tenían los haitianos.
Entre los jóvenes que conformaron La Trinitaria además de Juan Pablo Duarte estuvieron Juan Isidro Pérez, José María Serra, Félix María Ruiz, Benito González, Juan Nepomuceno Ravelo, Pedro Alejandrino Pina, Felipe Alfau y Jacinto de la Concha, luego se les uniieron varios más entre los que estaban Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mellas, proclamados junto a Duarte “Padre de la Patria Dominicana”.
Era tanto el riego que corrían si era descubierto que para comunicarse entre ellos usaban claves y seudónimos para mantener en secretos sus movimientos. El seudónimo de Duarte era Arístides, Temístocles el de Ravelo, Leonidas el de Benito González, Simón, el de Alfau, entre otros.
Todos los integrantes de La Trinitaria debían juramentar “En el nombre de la santísima, augustísima e indivisible Trinidad de Dios Omnipotente, juro y prometo, por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro presidente Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes, a la Separación definitiva del gobierno haitiano y a establecer una República libre, soberana e independiente de toda la dominación extranjera, la cual tendrá su pabellón tricolor, en cuartos encarnados y azules, atravesados por una cruz blanca. Mientras tanto seremos reconocidos los Trinitarios con las palabras sacramentales: Dios, Patria y Libertad. Así lo prometo ante Dios y el mundo: Si lo hago, Dios me proteja, y de no, me lo tome en cuenta, y mis consorcios me castiguen el perjurio y la traición, si lo vendo”.
Varios años después de la fundación de la mencionada sociedad revolucionaria los esfuerzos hechos por este grupo de personas rindieron frutos, cuando noche del 27 de febrero Ramón Matías Mellas tiro el trabucazo que dio inicio al guerra que libertaria a todo un pueblo del dominio del gobierno haitiano y tendría como consecuencia el nacimiento de la República dominicana.
Después de cumplir con sus ideales desafiando al poder haitiano, muchos fueron torturados hasta asesinarlos y otros nos le quedo más remedio que salir del país.
Hoy la sociedad dominicana agradece ese heroísmo que tuvo ese grupo de jóvenes que permitieron que República Dominica sea libre e independiente de toda potencia extranjera.