¡Hoy perdimos todos! (in memoriam)

¡Hoy perdimos todos! (in memoriam)

José, tu muerte me llenó de espanto! Sabía de tu enfermedad y tu internamiento, pero nunca esperé este desenlace. En ese momento sentí toda la injusticia de la vida.

Tú no merecías esta clase de despedida.

Tu vida talentosa y dedicada al estudio de las Ciencia Sociales, junto a tu activismo precoz, en favor de la democracia y la libertad, te hicieron acreedor de un reconocimiento póstumo con coronas, flores y discursos que junto a un elocuente epitafio, quedara en la conciencia colectiva como el funeral de un triunfador.

Al conocer tu partida, vinieron a mi mente nuestros variados encuentros y los temas que nos servían de contento o preocupación.

Mi primer recuerdo fue el entierro de tu hija Larissa y las cartas públicas que le dirigías en cada aniversario.
Luego vino a mi mente el momento en que nos conocimos por los años 1959-60, presentados por Carlos de la Cruz o Fernandito Sánchez y nuestro encuentro de 1962 en la UASD, cuando tú iniciabas la Sociología y yo el Derecho.

Después, tu compromiso político con la izquierda nos distanció y te fuiste a Rusia y yo a Francia.
Más tarde, la vida nos impuso el reencuentro en la campaña de Salvador y como en la UASD: tú en la estrategia política y yo en la táctica legal.

Y pasamos cuatro años en el Palacio tratando de hacer patria, pero la patria -como dijo Duarte- “es ara no pedestal” y salimos apostrofados y perseguidos.

Sin embargo, el día llega aunque la noche no quiera y entonces, todo comenzó a volver al nivel anterior.
El país pudo seguir conociendo tu talento y tu gran erudición y pasaste a ser el mejor en predecir victorias y derrotas.

Y así transcurrió tu vida: contando votantes a favor o en contra o prediciendo el éxito o el fracaso de un candidato.
Pero, alguien dijo que “la vida no quiere ni deja que le tracen pautas” y esta vez, no hubo una excepción.

Tú que hiciste de tu vida un éxito anunciando triunfos ajenos, nunca pensaste que un día, tú serías el protagonista del certamen de la muerte donde tú saldrías perdedor.
Pero no solo tú José, hoy perdimos todos!