Hoy, todo cambio parte del territorio

Hoy, todo cambio parte del territorio

César Pérez

Entramos de lleno en la campaña electoral, la campanada de las encuestas, un instrumento/guía que, como los ilusionistas, agita los espíritus de incautos y de algunos cautos así lo indican. Aquí, las encuestas políticas centran la atención básicamente en los candidatos presidenciales con mayores posibilidades de alcanzar el poder, dejando fuera del interés de la población las candidaturas a puestos en los gobiernos locales. Y es que en nuestra cultura política no se ha entendido que hoy, el cambio en un país se inicia indefectiblemente en el territorio, en los espacios locales. Algo solo es posible con dirigentes probos y preparados, armados con proyectos capaces de integrar la comunidad en su gestión.

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Desafortunadamente, la cultura del presidencialismo implícita, en el referido tipo de encuesta, fortalece la quimera de que para cambiar el país basta la voluntad del Presidente, una ilusión que aquí comparten todos los partidos. Sin importar su signo. Por eso, unos centran sus tácticas en la búsqueda de una candidatura presidencial que supuestamente los uniría y otros, para su supervivencia, en la unidad en torno al partido de mayores posibilidades de triunfo, sin que falten los ilusos impenitentes que trillan solos el empinado y tortuoso camino de las elecciones presidenciales. Los énfasis que desde los años 80 se hacen en la descentralización y potenciación de la política en los espacios locales, han determinado importantes niveles de participación y representación de las comunidades en la solución de sus urgencias. Contribuyendo de ese modo a elevar la calidad de la democracia de esos Estados, que se materializa en mayores niveles de desarrollo político, económico y social de muchos estados.

En el caso de los llamados partidos alternativos, de nuevo se les plantea la opción de presentar candidaturas unitarias en los espacios locales, sin necesariamente renunciar a presentar candidatos propios a la Presidencia. Con esa opción, como los buenos bomberos no se pisarían sus mangueras, incrementando sus posibilidades de presencia en los gobiernos locales y eso beneficia a la comunidad, que es lo que debe importar. Pero no solamente deberían apostar por uno de ellos, sino a los mejores de la comunidad, sean estos independientes o pertenecientes a cualquiera de los llamados mayoritarios, que podrían hacer lo propio y asumir la candidatura local de uno de la oposición. ¿Una ilusión? Es posible que lo sea, pero a veces la política se nutre y se materializa con ilusión. Si se asume que es el territorio el lugar clave para hacer política y para que un cambio de rumbo de la sociedad sea sostenible.

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