Huellas de la mirada crítica de Odalís G. Pérez

Huellas de la mirada crítica de Odalís G. Pérez

Una huella como vestigio queda plasmada de manera inconsciente por todo el que recorre un trayecto, independientemente de su objetivo o fin primario. Una huella es la señal de un accionar. Su rastro es signo de una vida o de un grupo de seres que se expresan para el bien o mal de la humanidad, pero hemos de confesar que con sobrada y penosa frecuencia es la manifestación de gente que destruye y daña con el único fin de dirigir sus hazañas hacia el bienestar propio. Al mismo tiempo, hay otro tipo de huella, esta vez, plantada a propósito. Me refiero a la del mundo de la maquinación, de la intimidación, el abuso, la imposición; se trata de la huella que se establece con la intención de que sea encontrada para que se entienda, claramente, quién tiene el poder.
De igual forma, hay otro tipo de huella, una marca que es buscada por aquellos que quieren conocer el origen, desarrollo y evolución de un pueblo o una región. Es la huella que queda plasmada en la cultura de los pueblos, a través de la historia, las artes, la literatura… Esa es la que buscan los arqueólogos, los historiadores, la que sirve de telón de fondo a las historias, las novelas, los cuentos, la poesía, los mitos… es la huella dejada por el tiempo, materializada en los espacios donde vive el ser humano. Huella de sus alegrías y tristezas, de sus modos de pensar y experimentar la vida; la del uso y abuso, la del poder y la opresión.

Odalis G. Pérez, escritor dominicano con más de treinta y cinco obras en su haber, educador, crítico de arte, doctor en Filología y Semiótica de la Universidad de Bucarest, investigador, director de la Escuela de Crítica de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y profesor de Literatura post colonial del Doctorado Estudios del Español: Lingüística y Literatura de la Pontificia Universidad Madre y Maestra de Santo Domingo, tocado por un tema que mantiene despierta su sensibilidad de escritor y su vena de investigador ha realizado una obra reflexiva titulada Huella de la mirada crítica –cultura, historia y literatura en América Latina y el Caribe–. En ella nos presenta una visión abarcadora contemplada desde variados ámbitos en 273 páginas: Los signos, orígenes y huellas; La memoria afroamericana; Literatura, pensamiento y formación intelectual; El Caribe y sus huellas literarias; El nacimiento de los signos epocales; Registros del arte y la cultura; y finalmente Crítica y literatura en República Dominicana.

El acercamiento del autor a la temática lo realiza desde el ámbito de la colonización. Su enfoque asume una atención preferente a la acción y descansa en una macroestructura semiótica (signo, interpretación y producción de sentido) que le permite sistematizar los fenómenos de la realidad social que le ocupa. Su obra denota un proceso de razonamiento profundo, del cual han surgido cuestionamientos vitales que el autor va presentando al lector como forma de enfocar su atención sobre los temas críticos. Detecta y despliega los conflictos y las redes que se crean en torno a ellos.

Su estrategia discursiva parece ser el resultado de este mismo análisis: un uso específico y bien dirigido de la intertextualidad desde donde surgen preguntas fundamentales realizadas a priori y que va respondiendo con una argumentación no euro céntrica, pero con conocimiento pleno de las teorías del conocimiento social y el accionar de las instancias del poder que han afectado a Latinoamérica y el Caribe. Sigue la huella y crea nuevas, reconstruye los procedimientos cotidianos que utilizan los miembros de la sociedad, con especial énfasis en los historiadores, escritores y pintores para crear su propio orden social. No se agota en teorías vanas sino que trata lo relevante para los problemas sociales específicos que se plantea en su estudio crítico.

Latinoamérica y el Caribe vistas en sus dos caras colonización y pos-colonización. No es fácil una crítica desapegada, cuesta mantenerse desasido ante las huellas que cautelosamente se persiguen y los hallazgos e intenciones develadas. Y es que las humanidades y las ciencias sociales poseen la cualidad de comprometernos hasta las mismas entrañas con el objeto estudiado. El especialista (Odalís G. Pérez) en estos ámbitos abre nuevas rutas, muestra los caminos que ocultaba la maleza. Para aclarar un poco más el término “decolonialidad”, nos referimos a lo expresado por Ramón Grosfoguel y Walter Mignolo. Ellos significan el tercer término del complejo modernidad/colonialidad/descolonialidad, significando un tipo de actividad (pensamiento, giro, opción), de enfrentamiento a la retórica de la modernidad y la lógica de la colonialidad. A la vez aclaran que ese enfrentamiento no es sólo resistencia sino re-existencia, en el sentido del pensador, artista y activista colombiano Adolfo Albán Achint (según citado por Grosfoguel y Mignolio, 2008).

Al manifestarse sobre el pensamiento crítico en América Latina, Odalís Pérez refiere que esta dimensión puede observarse en la obra de José Martí: Nuestra América. La cual marcará, según nos explica, los inicios de un pensamiento; con perspectivas de identidad cultural y fundamentada en la idea de nación americana. En base, según indica, a un perfil humanista y revolucionario. Pensamiento historiográfico liberador con un profundo contenido latinoamericanista. Al preguntarse cuáles son las características del pensamiento crítico y humanístico en América Latina, Pérez nos explica e incluye reflexiones de Ángel Rama sobre las mismas: la búsqueda de raíces americanas, la idea de la nacionalidad, nacionalismo y universalismo, la reafirmación del paisaje americano, la definición filosófica de la obra literaria, la posición de lo histórico dentro de lo literario, la apertura de las ideas nacionales, la lectura crítica filosófica de las producciones poéticas; y el anti españolismo y anticolonialismo en la producción ideológica.

En cuanto a la cultura, la poesía épica e historia en América, Pérez refiere que los poetas se reconocen en la línea expresiva de una épica americana con valoraciones y sentidos que se afirman en la naturaleza, la cultura, las creencias y el hombre americano. Indica, además, que la poesía se sitúa en el sentimiento histórico y en el lenguaje de las formas culturales, míticas y socio étnicas representantes del canto épico e histórico. América Latina y el Caribe ha contado, según puntualiza, con Andrés Bello, José Santos Chocano, José Hernández, Rubén Darío, Pablo Neruda, Nicolás Guillén, Alonso de Ercilla, Pedro de Oña, Juan Zorrilla de San Martín, Salomé Ureña de Henríquez y José Joaquín Pérez, entre otros.

Considera que en el caso de las diversas escrituras caribeñas, el elemento geopolítico, económico y cultural se traduce y reconoce en las historias literarias y sociales de cada pueblo, de suerte que los mismos se expresan mediante características y estilos culturales o modos de vida que evolucionan en la sociedad. Al hablar de los signos epocales expresa lo siguiente:
El nacimiento de los signos epocales se reconoce en su propia geografía imaginaria, cultural, económica, axiológica en cuyo pronunciamiento podemos observar el relato histórico, las diversas narrativas ideológicas en torno a la nación y lo nacional. Es entonces cuando el sujeto político y cultural se constituye como texto, escritura y acción ideológica. De ahí su fragmentación en el arqueado de la modernidad y la tardo modernidad (Pérez, 2005).

Damos fin a este encuentro con Huellas de la mirada crítica. Tras la lectura comprendemos mejor la idiosincrasia latinoamericana y caribeña; nuestros problemas de identidad como efecto de la manipulación de instancias del poder y por tanto del efecto de la colonización; la crisis de lo nacional con todos los resabios del pasado, las dudas, la actitud de enfrentamiento manifiesta bajo la rabia y dolor soterrado del colonizado. El libro logra ubicarnos de manera concisa y desde una mirada interdisciplinaria en la cultura, historia y literatura de América Latina y el Caribe a la vez que orienta con cierta especificidad sobre los asuntos que conciernen, directamente, a República Dominicana.

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