Hugh Jackman busca dominar a las truchas

Hugh Jackman busca dominar a las truchas

NUEVA YORK. AP. Antes de que Hugh Jackman pudiera participar en la obra que presenta en Broadway, “The River”, tuvo que aprender sus diálogos, profundizar en su personaje y hacer algo que nunca había probado antes: destripar un pescado.   

Su personaje es un pescador que en una escena atrapa una trucha real de 3 libras (1,3 kilos), la abre con un cuchillo aterrador, le retira los órganos, corta un hinojo, le pasa un limón por la piel y sazona la carne antes de poner el pescado en un horno de mentira.

Es una escena que cae com un encantamiento sobre el público y Jackman — un hombre que interpreta al rudo Wolverine en las películas— parece estar completamente al mando cuando prepara sin prisas el pescado como un veterano del canal gourmet Food Network.

Pero no siempre fue así.

“Al principio estaba un poco nervioso”, dijo Jackman durante un almuerzo en Manhattan. “Nunca lo he hecho antes y sabía que tenía que parecer que lo hice toda la vida”.

Así que hizo lo que un actor de su talla suele hacer: consultó a los profesionales, en este caso chefs, y practicó. Originalmente planeaba sacarle los órganos a un pescado por día durante meses hasta que pareciera algo natural, pero le dijeron que lo mejor era hacer 40 pescados en una sola sesión.

Sacó su cuchillos e hizo filetes, pescado empanizado y sopa. “Todavía hay tortas de pescado congeladas en mi refri”, dijo riendo. “Nadie en mi casa quiere comer pescado por un tiempo”.

La escena surge en medio de la enigmática obra de Jez Butterworth sobre amor y repetición. Varias mujeres del pasado del pescador entran y salen de su remota cabaña, revolviendo el tiempo y el espacio.

“Creo que entre más poéticamente tomas la pieza y menos de manera literal la encuentras más profunda”, dijo Jackman. “Al final de cuentas creo que es una obra que me habló y le habló a mi corazón. La leí y dije `guau, hay algo muy real y honesto sobre la conexión, sobre la pérdida, sobre la búsqueda de la vida’. Es algo que siempre he tenido yo”.

Jackman, quien interpreta al pirata Blackbeard en “Pan” del próximo año, y dijo que está cerca de protagonizar una cinta musical sobre P.T. Barnum, se metió de lleno en la obra. Habló con expertos sobre memoria y leyó libros del psicoterapeuta Carl Jung.

Para lograr la escena de la preparación del pescado, consultó a un maestro, el chef Jean-Georges Vongerichten, cuyo restaurante eligió para la entrevista. Jackman rechazó la tarta de langosta y el foie gras caramelizado a favor de un almuerzo más modesto con aguacate crudo, pan tostado, crema de maní y mermelada.

“Perfecto”, dijo cuando llegó su plato. “Me encanta ir a un restaurante con tres estrellas Michelin y que te digan, `tienes que probar la mermelada con tu crema de maní”.

“The River”, en el Teatro Circle in the Square, ha agotado sus boletos, en parte por el poder estelar de Jackman. Pero incluso con su comodidad frente a una audiencia, la escena del pescado no resultó tan sencilla cuando ya estaba en ella, a pesar de toda la práctica.

“Tengo que admitir que la primera vez que la hice recuerdo pensar: `mi corazón está a 75 latidos por minuto”’, dijo Jackman. Las cosas empeoraron cuando se cortó el dedo.

“No fue algo grande pero fue suficiente para ensangrentar toda la obra. No me di cuenta que fue tan malo, creí que iba a parar”, dijo. “Podía escuchar al público murmurando. No fue mi mejor momento”.

Había charquitos de la sangre de Jackman y la alfombra tuvo que ser retirada para que la limpiaran. “Soy un poco lento, pero ahora ya lo domino y lo disfruto realmente”, señaló.

Más le vale: Jackman come pescado toda la semana por la obra. Su trucha cruda es intercambiada discretamente por una trucha rostizada que preparan para cada función en la cantina irlandesa cercana Emmett O’Lunney’s.

Jackman, quien también lava sus manos y sus utensilios en el escenario, quería cocinar el pescado en vivo pero resulta que es ilegal tener un horno prendido en el escenario.

En cambio ahora muerde el pescado de la cantina en cada obra y le fascina, dice que nunca se aburre.

“A los actores les encanta la comida gratis”, dijo. “Eso nunca se va de nosotros”.

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