Ideas, además de reclamos

Ideas, además de reclamos

César Pérez

Ideas, además de reclamos. Insisto, percibo que de más en más el Gobierno pierde aceptación en diversos sectores sociales, fundamentalmente en un significativo número de hacedores de opinión que fueron de primera importancia en la configuración objetiva/subjetiva del resonante triunfo de la presente mayoría que conduce el Estado.

Estos sectores, autodefinidos como progres, con toda razón hacen una serie de reclamos y críticas a los gobiernos de turno, pero hasta el momento se mantienen en esa infecunda actitud de decir el poder que no quieren, pero sin decir con claridad la sociedad que quieren. Les pasa lo mismo a sus pares en la generalidad de países. Se exige otra forma de dirigir lo público, pero sin una propuesta clara del proyecto de sociedad que se quiere.

Lo digo sin ánimo de reproche, pues la elaboración de las ideas base de la sociedad que queremos los sectores progres de todo signo, incluyendo los de las izquierdas, constituye un déficit de la Sociología y de la Ciencia Política, vale decir, del pensamiento intelectual.

Lo que sí debe reprochárseles a los referidos sectores es su limitada conciencia sobre esta cuestión, por lo cual siguen impertérritos en un activismo irrefrenable sin meditar hacia donde pueden conducir sus prácticas. A veces, las condiciones no dan márgenes para otra cosa que no sea cerrarle el paso a un determinado poder o a una fuerza, como fue el anterior Gobierno y su partido, pero pasada ese tipo de coyuntura, la continuación de la práctica política debe basarse en una clara idea/propuesta de sociedad.

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Con ideas sobre lo que no queremos se puede crear una mayoría que conquiste el poder, pero, en última instancia, los resultados de esa conquista dependerán de la capacidad de diseñar con claridad los fundamentos de la sociedad que queremos, eso no solamente la haría sostenible en el tiempo, sino que serviría de referencia para otros países.

Desafortunadamente esa es la materia pendiente de los sectores que se reclaman alternativos a la actual forma de dominación no sólo en nuestro país, sino el todo el mundo.

Esa falta de ideas es parte de la crisis de alternativa en que discurre la práctica de esos sectores, algo que no se supera con genéricos llamados a la unidad sustentado en genéricos enunciados, sin un creíble y sólido para qué.

Tampoco con la inveterada tendencia a crear grupos, peñas y partidos sin otra idea que no sea la de pensarse como el dinamo que “impulsará otras fuerzas”.

La pasividad ni las atalayas individuales construirán las ideas de un proyecto de sociedad alternativo creíble y sostenible, eso se hace en la práctica colectiva consciente, tanto dentro como fuera de nuestro país.