Santiago. Con el título «Otra vez los Ni-Ni», la iglesia Católica de Santiago deplora el que una parte de la juventud dominicana haya perdido los valores y se encuentre sin un rumbo fijo, situación que lleva a ese sector de la población a buscar diversión en cosas que afectan a la sociedad y a ellos mismos.
La opinión de la iglesia Católica está contenida en el editorial del semanario Camino, su órgano oficial de difusión, a publicarse en su edición del próximo domingo. A continuación se presenta el editorial completo:
«Hay un sector de la juventud dominicana que camina sin rumbo porque nada espera. Perdieron la ilusión por la vida. La arriesgan a cada instante. Si andan en una motocicleta corren un largo trayecto en una sola rueda a una velocidad espantosa. Dejan los estudios porque piensan que ya no significan nada para su futuro. Otros muestran en sus rostros una vejez prematura a causa de las drogas que trituraron sus energías y los lleva por sendas equivocadas.
«Tienen ansia de felicidad que no encuentran. Es común escucharle decir que están aburridas.
«Al mirar este panorama tenemos que buscar las raíces de este mal profundo que amenaza el porvenir de este pueblo que no tendrá quien sustituya a los buenos dominicanos que luchan y creen en la Patria.
«Presenciando esta realidad nos hemos preguntado ¿qué ejemplo están recibiendo nuestros jóvenes de algunos de los políticos, funcionarios públicos, empresarios, comunicadores y otras personas que influyen en la sociedad?
«¿Cuáles estructuras sostienen este andamiaje sostenedor de injusticias sociales en donde los jóvenes ven cerradas tantas puertas para su desarrollo integral?
«Al pensar en los jóvenes ni-ni, aquellos que ni estudian ni trabajan, llega hasta nosotros el mensaje del Papa Francisco quien en su reciente viaje a México expresó: Cada vez que buscamos el camino del privilegio, o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano la vida en sociedad se vuelve terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión, la violencia, el secuestro y la muerte. No estará pasando esto en la sociedad dominicana.
«En estas palabras del Sucesor de Pedro encontramos la respuesta de ver a tantos jóvenes dominicanos metidos en la delincuencia, el crimen y la vida sin sentido.
«Es hora de que todos aportemos, comenzando por el Estado, para que el rostro de la juventud dominicana irradie alegría, esperanza y compromiso con la tarea de tener un país mejor.»