Era escritor, poeta, periodista, director de un esperado periódico que circuló durante 58 años recogiendo lamentos del pueblo, mostrando y recordando carencias urbanas y sociales, denunciando deterioros y abandonos, reconociendo a ciudadanos meritorios ignorados.
Esa fue su principal empresa. Familiar, porque el rotativo prácticamente lo redactaba, diagramaba, titulaba, imprimía y distribuía él solo, y porque se hizo costumbre en el barrio y entre empresarios a quienes lo llevaba en busca de anuncios.
“Usaba maletín y tenía un paso bien ligero. Era correcto y enfocado”, revela una ejecutiva que lo conoció y trató en sus visitas a una afamada empresa cervecera.
Pero además, fue funcionario durante el trujillato y en los 12 Años de Joaquín Balaguer, y dicen que aprovechó sus posiciones de alcalde pedáneo, tres veces diputado al Congreso Nacional, subsecretario de la presidencia, presidente del Partido Dominicano en el Distrito Nacional, regidor del Ayuntamiento, miembro de la Comisión Nacional de Desarrollo, entre otras, para atraer iniciativas al sector que más amó: San Lorenzo de los Mina, lugar donde vivió desde que vino de su natal Santiago, hasta su muerte.
Ignacio Martínez Herrera fue alma y vida de esa histórica comunidad que lo identificó tanto como sus invariables trajes de lino blanco y su publicación a la que se acostumbraron tantos lectores que en vez de pronunciar su segundo apellido le bautizaron “Ignacio Martínez Índice”.
Por su amor a Los Mina y por todas las obras que impulsó para su desarrollo, debería tener su nombre la principal avenida de aquel entorno, pero la calle que le asignaron ni siquiera figura en los buscadores de internet.
Creó una biblioteca, estuvo entre los fundadores del cuerpo de bomberos de ese ensanche, levantó ermitas y plazoletas, luchó por la construcción del hospital Materno Infantil, el liceo que hoy se llama Ramón Emilio Jiménez, el mercado, el ensanche denominado Las Enfermeras, entre otras obras de Los Mina.
Se le atribuye haber donado parte de sus terrenos para la edificación de un destacamento policial, y la organización de las fiestas patronales en honor a San Lorenzo Mártir. Los domingos llevaba al lugar la banda de música de la policía, para deleite de los lugareños.Donaba alimentos a los pobres.
No ha sido reconocido como merece por sus incontables aportes y desvelos comunitarios. Pero a pesar de que falleció hace más de un cuarto de siglo, vive en el corazón de los mineros, jóvenes y adultos que recuerdan la famosa “Villa Thesalia”, su hogar y el de muchos otros vecinos conocidos y extraños. Ahí produjo encuentros y celebraciones inolvidables. En varios blogs de las redes sociales lo evocan y profesan admiración y gratitud.
Son escasas las fotos de Martínez Herrera y no abundan colecciones de “Índice”.
Era un gran orador y en la dictadura de Trujillo ganó fama pronunciando conferencias para el Partido Dominicano. De esas comparecencias fue la única foto de calidad localizada. Las que se publican en Internet no tienen la misma nitidez.
Por otro lado, no fue posible conocer a su descendencia ni saber si residen en Los Mina, pese a haber consultado a contemporáneos del activo y polifacético pensador, homenajeado por la Academia Royale, de Francia; el Instituto Libertador Ramón Castilla, de Perú; la Academia de Letras Da Frontieri, de Brasil.
De la familia. Ignacio nació en Santiago de los Caballeros el 14 de mayo de 1917. No se obtuvieron el nombre de sus padres ni noticias de sus estudios.
Estuvo casado con Thesalia Robert Peláez, madre de sus seis hijos: Ignacio, Luciano, Thesalia, Aída, Ignacio de Jesús y Rogelio.
Falleció el 26 de agosto de 1997, a los 80 años de edad.
La calle. En 2002, el Ayuntamiento del Distrito Nacional designó con el nombre de “Don Ignacio Martínez”, la antigua calle “Ñ” de San Lorenzo de Los Mina. La vía aún no aparece en los buscadores de Internet.