Expansión económica constante de EEUU llegó a su fin a causa del covid-19

A Luis Abinader

Presidente de la República Dominicana

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Las entregas anteriores las dedicamos al impacto que ha tenido la economía a nivel mundial. En esta, trataremos las perspectivas de las economías de Estados Unidos y Europa.

Si bien existe una gran incertidumbre respecto de las perspectivas de crecimiento económico de los Estados Unidos, el impacto de la pandemia es duro. La expansión económica constante de los Estados Unidos llegó a su fin a causa del COVID-19, con pronósticos de una profunda recesión en 2020.

Las perspectivas continúan siendo muy inciertas a nivel mundial, ya que resulta difícil estimar las repercusiones sociales y económicas de la pandemia que dependerán del éxito en la contención del brote y de las medidas adoptadas para reiniciar la actividad económica con excepción de Estados Unidos y Asia.

En cuanto a las economías avanzadas, el enorme gasto público realizado para “hibernar” los sistemas productivos ha amortiguado la caída del PIB y minimizado los costes sociales, a la espera de un regreso a la normalidad sanitaria que devuelva unas más moderadas tasas de crecimiento impulsadas por el auge de una inversión y consumo privado aplazados desde el inicio de la crisis.

Esto ha traído consigo una excesiva liquidez de los mercados financieros y las grandes firmas, sobre todo por la política de disminuir las tasas de interés de mediano y largo plazos. Actualmente, la tasa de los bonos a 20 años establecida por la Reserva Federal es, considerando la inflación, virtualmente, cero.

La economía de los EE.UU. ha puesto en marcha una política fiscal expansiva (US$1.9 trillones) que comprende US$750 billones para detener los efectos contractivos de la pandemia, US$600 billones destinados a asistencia directa a las familias, US$400 billones de ayuda financiera a las familias vulnerables y US$150 billones para ayudar a los negocios. En adición, la administración del presidente Biden discute, actualmente en el Congreso un programa de renovación y construcción de infraestructura por monto de US$2.9 trillones de dólares.

Este programa se espera que tenga un impacto importante sobre el empleo inmediato y futuro con las inversiones en investigación, innovación y desarrollo, cuyo efecto multiplicador ayudaría significativamente a la recuperación y estabilidad económica de EE.UU. Sin embargo, por la creciente disputa entre los republicanos y demócratas (en el Senado 50-50) se entiende que no se apruebe sin modificaciones, y que las mismas sean de gran importancia.

Un grupo de diez economistas tienen expectativas encontradas sobre el impacto del reciente aprobado paquete de ayuda económica.

El principal punto de inflexión e incertidumbre fue el relativo al impacto y perspectivas del comportamiento esperado de la inflación. Algunos comentan que este podría reflejarse en todo el año, mientras otros indican que podría solo reflejarse en el corto plazo, con tendencia a equilibrarse a mediano plazo, manteniendo la meta establecida.

Un crecimiento mundial más rápido probablemente provocaría que se revisen la orientación de sus políticas monetarias. Esto implicaría que, ante el éxito de los programas de estímulo, la Reserva Federal comience a revertir su política de compra de activos, recoger liquidez y suba sus tasas de interés.

Lo que sugiere que, en algún momento, la política monetaria y fiscal puesta en marcha para superar la recesión tendría que ser revisada. Aunque la Reserva Federal de Jerome Powell señala su disposición de tolerar cierta inflación en aras de vencer las tendencias recesivas de la economía americana.

A pesar de la euforia que ha desatado la política anti-cíclica recomendadas por organismos multilaterales y puesta en marcha por la mayoría de las economías, existen ciertas preocupaciones respecto de la fortaleza de la recuperación económica.

La pandemia trajo consigo otro cambio significativo y es el relativo a la revolución y aceleración tecnológica de muchas variables que se pensaban no podrían actualizarse, ni remotamente, a la velocidad y dimensión en que se hicieron.

Lo que se tenía planteado que se produjera en 6 o 7 años tuvo que implementar los procesos y desarrollarlo en tan solo 3 o 4 meses.

Por ejemplo, la plataforma Zoom sufrió un aumento de un 400% en solo 3 meses. Este tema será tratado en un próximo artículo, analizando el impacto y permanencia de estos cambios.