Imponer respeto en la frontera sin dejarse provocar

Imponer respeto en la frontera sin dejarse provocar

Vaya el interlocutor al que hay que suponerle autoridad sobre policías para ordenarles que respeten la soberanía dominicana! Tipos armados más leales a negociantes regionales que al «gobernante» de Puerto Príncipe, que tiene puesto desde hace más de un año el chaleco salvavidas con un pie en el agua mientras clama por un rescate internacional para la nave semi-hundida de la institucionalidad haitiana con gran parte del territorio oeste de la Hispaniola tomado por bandas que asesinan a diestra y siniestra. Compleja y delicada situación que puede ser aprovechada con provocaciones para agravar el diferendo por la construcción ilegal de un canal sobre el río Masacre para que ante el mundo el Ejército dominicano aparezca como un agresor que abusa de su mayor capacidad operativa contra un país pequeño y sumido en el caos. Las posibilidades de que prospere cualquier falsificación de la realidad en perjuicio de esta República son altas; y aunque no procede inhibirse cuando se está asistido por la razón, las respuestas a tropelías sobre límites geográficos no deben superarlas en intensidad; prefiriendo los métodos de dispersión de motines con reacciones no letales a menos que aparezcan unas poco probables capacidades de fuego y combate.

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Mientras, que siga en pie la solidez de presencia bélica disuasiva junto a la verja perimetral. Haití no supone una contundente amenaza militar a la seguridad de las instituciones nacionales. los conatos de su mala gente no deben hacernos tomar un mazo.