En 2022 la economía acumulo un nivel de reservas internacionales netas sin precedente en nuestra historia económica, el monto de US$14,436.50 millones, equivalentes a 12.7% del PIB y más de seis meses de importaciones, lo que está muy por encima de la métrica sugerida por el FMI.
El resultado de la combinación de varios factores. Por un lado, la correcta lectura que hizo el Banco Central en el último trimestre de 2021, que la inflación mundial no era coyuntural, lo que le permitió, primero que cualquier otro banco central, cambiar su política monetaria de ultra expansiva a restrictiva, conservando el diferencial de tasas de interés respecto a los principales socios comerciales.
Explica que la tasa de inflación mensual, desde el pico de 1.18% en enero, descendiera todos los meses hasta 0.47% en noviembre en 2022, y la interanual se proyecte en torno al rango meta de 4% antes de finalizar el primer semestre de 2023.
También que el peso ganara terreno frente al dólar, se apreció 2.0% en 2022, a diferencia de lo que sucedió en economías mayores de la región, con tipos de interés más bajos tuvieron salidas de capital y depreciación de su tasa de cambio. El valor relativo de nuestra moneda respecto al dólar o, lo que es igual, el tipo de cambio, se apreció 4.8%, de agosto 2020 (promedio 58.49 pesos) a diciembre 2022 (promedio $55.66 pesos), lo que implicó una ganancia de $2.83 pesos que contribuyo a frenar el ritmo de la inflación y aliviar el costo de la canasta familiar.
Y, por otro lado, el clima político, social y macroeconómico que ha prevalecido en el país en los últimos dos años, creó las condiciones para la fuerte entrada de divisas por turismo, exportaciones nacionales y zonas francas, remesas familiares, inversión extranjera directa y otros ingresos por servicios, en conjunto sumaron más de US$39,300 millones, el mayor volumen registrado en la memoria estadística del Banco Central en doce meses.
El histórico nivel de reservas internacionales netas acumulada en 2022, nos permite decir que tenemos garantizada la estabilidad cambiaria antes cualquier choque externo, preservar parte de las facilidades monetarias que impulsaron el consumo, la inversión y el crecimiento del PIB en 2021 y 2022, y pronosticar que el ritmo de crecimiento del PIB real no perderá fuerza, el volumen aumentará sobre 5% en 2023.
Se obtendrá por contribución de la demanda interna, mantendrá deficitaria la cuenta corriente, pero el faltante, como en los últimos años, no restará reservas internacionales netas al país, porque se financiará con el flujo de inversión extranjera directa. Es cierto, por el mayor crecimiento del volumen importado respecto al exportado, continuará siendo negativo el aporte de la demanda externa neta de bienes al crecimiento del PIB real, pero será compensada por la demanda interna.
El que describimos será el comportamiento de nuestra economía en 2023, no obstante, los malos vaticinios de Organismo Internacionales sobre el crecimiento mundial por la elevada inflación, encarecimiento del dinero, reducción de la liquidez por parte de los principales bancos centrales, la guerra Rusia-Ucrania y alta probabilidad de que el barril de petróleo aumente de precio, hasta alrededor de 100 dólares como lo quieren Putin y Arabia Saudita, que controlan el monopolio de la OPEP.