Impuesto sobre la renta: Los saldos a favor 2/2

Impuesto sobre la renta: Los saldos a favor 2/2

Críspulo Pérez

Este dicho popular referido proviene del procedimiento absurdo utilizado por todas las administraciones al dar tratamiento fiscalista a las peticiones de reembolso, que es el de previamente examinar con detenimiento el sistema tributario y después si no aparece algún hilito en la telaraña del confuso Sistema Impositivo Dominicano, ordenar el reembolso. Pero aquí no acaba el calvario, sino que comienza, puesto que se hace necesario rogar a Dios que el FONDO disponible para tal fin no esté agotado y si resulta de este modo, habría que esperar que la burocracia lo rehabilite. Normalmente esta en cero, esto indica que pedir reembolso se traduce en pedir una revisión integral minuciosa de todos los impuestos a cargo de la Administración aunque este contribuyente no haya sido incluido en plan de fiscalización correspondiente.
Esta actitud usual surge como consecuencia de algo permanente en todas nuestras administraciones tributarias, conferir su misión a recaudar sin contemplaciones, mayores recursos visto como presea a exhibir del mérito frente a sus superiores, no importa la impronta que esta conlleve, a espalda de los principios técnicos doctrinarios siempre se traduzcan un escalafón hacia arriba,
Al producirse este despropósito su efecto dañino se maximiza al comparar las sanciones pecuniarias y penales de las que son pasibles los contribuyente morosos, comenzando con los recargos leoninos infinitos que con los más benignos. Esta sanción consiste en un recargo de 10% por el primer mes o fracción de mes y 4% por mes o fracción de mes más un 1.10% de interés indemnizatorio por cada mes o fracción de mes, en cambio no hay reciprocidad de tratamiento cuando es el Fisco el que retiene recursos de los contribuyentes.
No sería íntegramente bueno y válido, aducir que el Fisco representa el interés colectivo proverbial, no obstante, contraponemos a esta la calidad de los gastos intrínsecamente populistas y además lacerantes y muy perjudiciales a quienes nos vemos obligados a postergar necesidades perentorias por pagar precios exorbitantes por los servicios energéticos, seguridad, salud educación y otros cuya cobertura es sin cuestionamientos el origen prístino de los tributos.
Queremos terminar estos comentarios solicitando vehementemente que reembolsen todos los saldos a favor sin dilación, cuando se presente la declaración jurada y así sustentar la credibilidad de las Administraciones tributarias.

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