Impuesto sobre la renta: Incentivos fiscales

En entregas anteriores hemos tratado con insistencia los incentivos fiscales como respuesta a los ataques cíclicos provenientes de partes interesadas, de políticos en todos los Gobiernos y sus recaudadores, contentivos de un denominador común: los recursos que aparentemente deja de percibir el Fisco en ocasión de los numerosos incentivos.
En una de nuestras últimas entregas nos referimos a una información que decía que República Dominicana recibiría asesoría del FMI para revisar los Incentivos Fiscales, incluyendo el análisis del Costo-Beneficio de dichos incentivos, conforme a la magnitud de la relación con el PIB existente al día de hoy.
Resultaría superabundante repetir nuestros opiniones, vertidas ampliamente en aquellas entregas, pero vamos a sintetizarla para bien de los que no tuvieron la oportunidad de leerla. El mayor soporte de esas opiniones fue que estos incentivos constituyeron exclusivamente la causa generadora de los recursos que ahora originan escarceos y despiertan la folclórica avidez recaudadora. Vemos con suspicacia este proceder sistemático, en contra de los incentivos fiscales, porque no sucede igual con los programas supuestamente asistenciales, pues tanto aquellos que son recursos estatales que se dejan recaudar en aras de beneficio público, como estos que consumen recursos recaudados en aras de los mismos objetivos, que es favorecer el bien común pues mientras de los incentivos acordados se espera la creación de empleos y el dinamismo de la Economía Nacional, los programas asistenciales deben constituir un motor que arranque en un tiempo prudente, la mejoría de las clases pedestres.
Esperamos que nuestros sistemas controladores, que con tanta vehemencia observan los incentivos fiscales, también examinen aunque sea con menos frecuencia, los programas disfrazados de asistenciales, de los políticos de turno en el Poder, con la esperanza de que quizás de estas auditorías puedan obtenerse confirmaciones sistemáticas de los Costos/Beneficios tanto de los incentivos fiscales como de los llamados programas asistenciales que a veces se utilizan para medrar.
Revisando nuestra historia y los mandatarios sufridos desde siempre, llegamos a la amarga conclusión, de que hemos tenido escasa presencia en el solio presidencial de estadistas, pero el poco tiempo en el Poder impuesto por la maledicencia.