Todo parece indicar que el pacto fiscal será firmado relativamente pronto, aunque debemos recordar que hay muchos obstáculos pendientes por vencer, por lo cual queremos aprovechar esta brillante oportunidad para ofrecer como ciudadano de la República Dominicana nuestra cooperación.
Este pacto ha originado como es natural una lucha larga por tratarse de impuestos y ahora más con motivo de la crisis que nos afecta.
Algunos opinan que en ese pacto se debería incluir una disposición en beneficio de las pequeñas y medianas empresas, para discernir los Impuestos de la grandes, aludiendo que se deben gravar con menos alícuotas y no como acontece ahora que las Sociedades pagan el Impuesto sobre la Renta con el 27% del imponible determinado, deduciendo de la renta bruta todos los gastos realizados para obtener, conservar y mantener dichas rentas.
Nuestro Código permite ciertas excepciones de esta regla, como sucede por ejemplo, que no se permite la deducción de los activos utilizados en la explotación de una vez y otros tipos de gastos aunque se entiende que deduciéndolos así se compensan en los próximos ejercicios al ser las deducciones menores porque no habría depreciación.
También hay otras deducciones que por su condición de servicio social y otros conceptos de interés se permite realizar.
Sería de gran importancia que se establezca para las sociedades una tarifa progresiva más equitativa que el impuesto proporcional que se aplica ahora, puesto que todas las sociedades pagan la misma proporción y con una tarifa progresiva por escala que comience con el 10% hasta RD$500,000.00, una segunda escala de estos hasta un millón un 12%, de este a dos millones un 14% , de este a cinco millones un 16% y de este a RD$10,000,000.00 en adelante un 18%.
Asimismo se debería modificar la tarifa progresiva por escala de las personas físicas, la que ahora se detiene en RD$800,000.00.
Podría reclasificarse, para que la progresividad alcance los cinco millones, puesto que sabemos las grandes fortunas de la actualidad por lo que las alícuotas se han hecho obsoletas, no solo por las grandes ganancias de muchos, si no también, por las pérdidas del valor adquisitivo del peso dominicano, de esta no solo se hace el impuesto más justo, sino que se produce más cumplimiento voluntario, y por tanto más recaudaciones.