Terminar con una situación que no le ha dejado a él y a su familia “más que calamidades, angustias e incertidumbres”, fue lo que motivó ayer al empresario César Nicolás Rizik Pimentel, declararse culpable de los hechos que le imputa el Ministerio Público en el caso Medusa, y de los cuales dijo sentirse “profundamente arrepentido”.

A cambio de su confesión de admisión de los delitos atribuidos a él y la empresa Getrant del Caribe, el MP solicitó al juez del tercer juzgado de la instrucción del Distrito Nacional Amauri Martínez, dictar auto de apertura a juicio, para debatir la pena a imponerle a Rizik Pimentel.

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La confesión de Rizik

Dijo que desde el 2008 ha realizado varias actividades económicas de manera independiente, y que desde el 2014 tiene una sociedad comercial con José Miguel Estrada Jackson, otro de los imputados en Medusa.

Refirió que en el 2016, Estrada Jackson llegó con Rolando Rafael Sebelén Torres (cuñado de Jean Alain), y le propusieron la oportunidad de trabajar en los procesos y preparación de licitaciones de los alimentos de la institución (PGR).

“Obviamente esta persona (Sebelén Torres) tenía conocimiento de nuestra trayectoria y de nuestra logística como empresa, y en ese momento lo que sí nos propone y lo ordena es pues, dar un porcentaje a cambio de ser beneficiadas nuestras empresas a cambio de una participación minoritaria”.

Afirmó es en ese momento “cuando pues, nosotros utilizamos nuestras empresas que ya estaban constituidas, inclusive colocando allegados nuestros, y sumando a las empresas que se fueron sumando desde el 2016 hasta el 2020, de amigos cercanos nuestros que fueron las que fueron participando después en dichas licitaciones”.

Agregó que entre esas empresas están Inversiones Zwaziland, Distribuidora Ropi y Getrant del Caribe, tal como lo menciona el MP en la acusación.

“Estos son los hechos de los cuales obviamente estamos profundamente arrepentidos…”, dijo el imputado de supuestamente “amañar” procesos de licitación para la adquisición de alimentos e insumos para las cárceles del país, y de suplir alimentos podridos y en menor cantidad, para internos y autoridades del sistema penitenciario en la gestión de Jean Alain.