El 16 de enero del presente año 2025 falleció en su natal Santiago Manuel José Cabral Tavares.
Durante su vida la individualidad de Manuel José fue inducida por atributos virtuosos que lo transformaron en un ser humano especial. Esos atributos fueron: pensar alto, sentir hondo y hablar claro.
El pensamiento alto y el sentimiento hondo se manifestaron con varios hechos: Manuel José quiso moldear su amplia y profunda inteligencia yendo a estudiar en la prestigiosa Universidad de Harvard y, al terminar sus estudios y regresar al país, decidió no integrarse a laborar en algunas de las grandes empresas de sus familiares. En cambio, su espíritu profundo lo indujo a dedicarse a la docencia incorporándose al cuerpo de Catedráticos de la incipiente UCMM. Manuel José puso de manifiesto su interés como académico humildemente impartiendo docencia en las aulas de la Madre y Maestra y desde su cubículo como decano de la Facultad de Administración y Economía.
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Por su solidaridad humana estuvo consciente de que los conocimientos no deben monopolizarse, por lo cual creo en la PUCMM la carrera de Administración de Empresas. También creo allí la primera carrera de Economía en el país.
De esa manera transmitió a UCMM los modernizantes y profundos criterios académicos que había asimilado en Harvard. En cuanto al atributo de hablar claro, Manuel José siempre expresó sus criterios de manera clara diciendo sus verdades de manera franca y directas tanto en sus comunicaciones personales como en sus valiosos escritos profesionales. Siempre comunicaba la verdad sin confusiones ni engaños. Su vida constituyó un claro mentís de aquella expresión de que “los buenos no triunfan”. Siendo Manuel José un buen ser humano tuvo múltiples triunfos especialmente académicos constituyéndose en Arconte de la academia llamada Madre y Maestra siendo un referente de la sociedad para aquellas personas que se entregan para favorecer a individuos en particular y a la comunidad en general sin tener nunca como objetivo la búsqueda de recompensas pecuniarias. En ese mismo sentido Manuel José triunfó creando una familia guiada por valores morales y que de seguro seguirán siendo puestos en práctica por su esposa Mirtha, quien siempre le apoyó en su propósito a favor de la comunidad y en los asuntos académicos y profesionales. En ese mismo orden todo indica que los valores morales de Manuel José seguirán siendo cumplidos al pie de la letra por sus hijos Mirtha María, Marco Enrique y Manuel José.
El reconocimiento de toda la nación a Manuel José se manifestó en múltiples formas y también en el hecho de que en todo los sectores del país para identificarlo a él solo bastaba con mencionar sus nombres de pila sin que fuese necesario referirse a sus dos sonoros apellidos. Ya no tenemos a Manuel José dentro del mundo de los vivos, ya fue llamado por el señor para que este esté esperando el juicio final. Mientras tanto, oramos para que eternamente se le otorgue un puesto en el paraíso de aquellos reservados a quienes fueron buenos en esta tierra. Debe mencionarse que como secretario de Finanzas tenía el prurito de abstenerse de participar en los consejos multisectoriales donde se debatía el otorgamiento de incentivos gubernamentales a quienes fueron sus clientes en su oficina privada de asesoría antes de ser funcionario público. Manuel José amó la República de su nacionalidad y, en ese mismo tono, amó a Santiago, donde vivió su niñez, su juventud y sus años de madurez ahora, que fue llamado por Dios a tener una vida espiritual a través de su alma, sus restos mortales descansarán junto a sus antepasados en la tierra que tanto él como ellos amaron.