En nuestro país, hemos dado cátedras de continuismo y reelección con métodos tradicionales y algunas creaciones típicas que no tenían antecedentes en otras naciones, como son los trucos o artimañas electorales (compra de cédulas, robo o secuestro de urnas, alteración de cifras de cómputos, etcétera) y la pre campaña con mítines para regalar dinero, animales, alimentos como el salchichón y, en primer lugar las numerosas inauguraciones de obras de diversa envergadura, organizadas como manifestaciones de apoyo a la reelección de presidentes, legisladores y autoridades municipales.
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En otras palabras, las copias de garrafales errores de anteriores administraciones y justificación de tranques o apuros económicos y sociales en la actualidad acusando al Gobierno pasado, juntamente con imitaciones de tácticas y estrategias reeleccionistas, se han estado haciendo sin temor ni pudor, agregando, no como un brote o pandemia más, sino como una verdadera endemia, los inaugurismos, que tienen contagiados al Presidente y sus asesores.