La influencer Theresa Cachuela, conocida en Instagram por sus 20.000 seguidores y publicaciones sobre fe, fue asesinada el viernes por su esposo frente a su hija en un centro comercial en Honolulu, según informaron las autoridades.
Indicaron que Theresa y su pequeña se dirigían al banco cuando el agresor, Jason Calchuela, se acercó a ellas, disparó a su esposa y luego se quitó la vida.
La noticia ha conmocionado a la comunidad y reavivado el debate sobre la violencia doméstica y la respuesta del sistema judicial en casos de alto riesgo.
Una historia de amenazas
El portal People en Español reseña que semanas antes del fatal desenlace, Theresa había presentado una orden de restricción temporal contra Jason, alegando amenazas de suicidio y violencia física en presencia de sus hijos.
«La petición detalla dos incidentes preocupantes: en uno, Jason amenazó con quitarse la vida delante de los niños, y en otro, se puso un cuchillo en el cuello. Tras una evaluación policial, Jason regresó a la casa familiar y se escondió en el garaje», agrega el medio internacional.
Añade que pese a las señales de alarma, la corte solo otorgó una orden de protección de un año y Jason pudo conservar sus armas, un detalle que genera cuestionamientos sobre la efectividad de las medidas implementadas.
Un vacío irreparable
La madre de Theresa expresó su profundo dolor, y dijo que el día de la tragedia tenía previsto desayunar junto a la influencer.
«Ella iba a desayunar conmigo esa mañana porque quería darles a ella y a mis nietos sus regalos de Navidad. Mi hija no merecía esto. Ella estaba luchando por conseguir ayuda, pero el sistema de justicia le falló. Estamos desolados por la pérdida de nuestra querida Tita», manifestó la progenitora en una campaña de GoFundMe creada para recaudar fondos para el funeral.
La comunidad se ha volcado en apoyo a la familia y la campaña de GoFundMe ha superado los $39.000.
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