Por Dra. Altagracia Páez//Pediatra-Nutrióloga Clínica/@altagraciapucsd
Es común ver a los niños que acompañan a sus padres al supermercado. Lo que es una actividad cotidiana se convierte en un momento divertido cuando los envases de los alimentos, llenos de formas, colores y dibujos, llaman la atención y entretienen a los más pequeños. Esa atracción que genera el empaquetado de los productos de alimentación en los menores no es algo fortuito, sino consecuencia de una estrategia de mercadeo que busca su efectividad en un sector muy saturado y competitivo.
La hipotética efectividad de este tipo de estrategias suscita una pregunta que apunta hacia una preocupación crucial de nuestras sociedades: ¿qué ocurre cuando son los productos menos saludables los que hacen uso de estas técnicas?, ¿se podría estar fomentando hábitos de consumo insanos? En definitiva, ¿se está contribuyendo a incrementar los problemas futuros de malnutrición como sobrepeso, obesidad y hasta, en ocasiones si son los principales alimentos de los niños, de desnutrición?
En relación a sobrepeso y obesidad, el aumento no se detiene en todo el mundo. Según reportes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el 2020 habían 38,9 millones de niñas y niños con esta condición.
¿Cuáles estrategias utilizan para atraer a los pequeños consumidores?
Diferentes elementos en el envase y que consigue llamar la atención infantil, puede repercutir en un aumento de deseo de compra y consumo. Estos componentes son, entre otros: los colores, dibujos con o sin licencia, el apego a la marca y envases identificados con ella, los famosos, las promociones, el nombre y el tamaño del producto.
¿Son todos los envases de alimentos dirigido a niños igual de atractivos o hay algunos reclamos que impactan más que otros?, ¿Cuál sería el efecto de los diferentes elementos del envase sobre dos aspectos del comportamiento de los niños en cuanto a la elección o preferencia y la ingesta? Es bien sabido que hay una influencia importante en los niños de aquellos alimentos que tienen el uso de dibujos, especialmente personajes de series infantiles, así como colores llamativos y aparición de celebridades.
No se quedaría sin mencionar que los efectos en la elección y el consumo se ven influidos por variables sociodemográficas (ingreso, género, edad) así como el grado de salubridad del producto o las intervenciones sociales (antipublicidad o nivel educativo del menor). Debido a todo esto se ha estado trabajando, desde las diferentes instituciones, para el etiquetado adecuado de los alimentos. Esto podría ser parte de la solución. ¿Qué crees? Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a: sodonuclim@gmail.com / @sodonuclim