El Estado de RD jamás deberá ceder la seguridad de sus infraestructuras
Todas las grandes obras de infraestructuras de desarrollo, públicas y privadas, tales como aeropuertos, puertos, presas, hidroeléctricas, acueductos y obras de toma; plantas generadoras de energía eléctrica, refinerías, sistemas ferroviarios (ferrocarril, Metro, tranvía, teleférico, funiculares), puentes colgantes, túneles, refinerías, oleoductos, entre otras, son consideradas de alta seguridad, por lo que deben ser custodiadas por los distintos organismos de seguridad del Estado dominicano y por cámaras de vigilancia, pues son muy vulnerables a cualquier atentado terrorista, sabotajes o a actos delincuenciales.
El Estado dominicano jamás deberá ceder la seguridad de sus infraestructuras. Los aeropuertos deben ser custodiados por los miembros de la Fuerza Aérea Dominicana, aunque sean administrados por instituciones privadas; los puertos por la Armada de República Dominicana, las demás obras y la frontera dominicana, por el Ejército de la República Dominicana.
En las últimas semanas, varias obras públicas consideradas de alta seguridad han sido afectadas y sacadas de servicios, alegadamente por actos de vandalismos o sabotajes.
Entre estas se encuentran: el Aeropuerto Internacional de Las Américas-José Francisco Peña Gómez (AILAJFPG), cuya pista de aterrizaje fue dejada a oscuras porque supuestamente, delincuentes de sus alrededores sustrajeron los cables del tendido eléctrico, provocando que varios aviones que intentaron aterrizar, no pudieran hacerlo, generándose un caos por muchas horas.
También, el teleférico de Puerto Plata, cargado de personas; el puerto de esta provincia; la obra de toma del acueducto de La Vega, porque desaprensivos destruyeron la tubería principal, dejando a este municipio sin agua por una semana, entre otras.
Ha habido muchas especulaciones en torno a estas interrupciones, lo que pone en entredicho a nuestros organismos de seguridad.
Lo ocurrido en la pista de aterrizaje del AILAJFPG es muy grave, ya que esta no es una obra cualquiera, es la principal puerta de entrada y la conexión de nuestro país con el resto del mundo.
Consideramos dicha denuncia como imprudente y temeraria, pues puede ocasionarle graves consecuencias a nuestro país a nivel internacional, sobre todo, en un momento en que se está promoviendo nuestro turismo.
Los que hemos ocupado funciones en el Estado observamos que en nuestro país no existe una cultura de mantenimiento a las obras públicas, sino de reparaciones, que no es lo mismo, independientemente de su importancia. El mantenimiento evita las reparaciones costosas y que pueden ser dejadas fuera de servicios por mucho tiempo.
Es muy probable, con la excepción de lo ocurrido en el AILAJFPG, que está en investigación, que a esto se deba lo ocurrido en las demás instituciones y que sus incumbentes no quieran admitir su responsabilidad y el descuido de no aplicar un mantenimiento riguroso y oportuno a las mismas.
Culpar de estos hechos a la delincuencia y a actos de sabotaje, le hace un gran daño a la confianza y credibilidad de nuestro país, sobre todo a nivel internacional, pues nadie querrá venir a un país donde los organismos de seguridad del Estado no cumplen con su rol.
Lo que sí se ha comprobado desde hace muchos años es la sustracción de las barreras protectoras de nuestras autopistas, de las verjas perimetrales de instituciones públicas, las tapas del sistema de alcantarillado, alambres del tendido eléctrico, los cables de los puentes, los cuales son vendidos a compañías exportadoras de metales a la vista de nuestras autoridades, sin que se aplique ningún tipo de sanciones.