Hoy empieza oficialmente el año escolar, esta vez en condiciones particularmente complejas. El mundo y por igual nuestro país siguen marcados en los más profundo por las acciones y efectos de la pandemia de Covid-19, un hecho que se ha dejado sentir de manera especial en las actividades educativas. Ahora, por ejemplo, combinaremos la enseñanza virtual con la enseñanza semipresencial.

Dolorosamente, hay que admitir que la educación dominicana es como un corredor que se ha quedado muy atrás en la carrera hacia el progreso. Estudiantes y profesores tienen retos enormes para alcanzar niveles aceptables. Ambos han sufrido en carne propia los resultados de políticas oficiales mediocres, traducidas en gestiones deficientes. Sea la Evaluación Diagnóstica Nacional, el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación de la UNESCO o el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, quedamos mal parados, lejos de los lugares deseables.

Sin embargo, debemos avanzar, mirar hacia el futuro, dar pasos positivos y superar las lacras pasadas. El Gobierno Central, el Ministerio de Educación, los maestros, los estudiantes, EDUCA y la Asociación Dominicana de Profesores deben constituirse en columnas que soporten las nuevas acciones que se están emprendiendo y muchas otras que nos aguardan como país. Siempre en una misma dirección y propósitos comunes, sin que ninguna de estas entidades renuncie a sus intereses particulares.

Aconsejamos a estos actores, eso sí, a que nunca dejen de lado lo simple, lo sencillo, esas tareas pequeñas que son imprescindibles para el avance. Con frecuencia, en nuestro país nos empeñamos en la grandilocuencia, en el relumbrón y olvidamos los detalles que permiten el buen funcionamiento del todo. El maestro -el aula es el maestro, dicen los grandes pedagogos-, la tiza, el pizarrón, la computadora, la tabletas, el borrador, los dispositivos pedagógicos que apoyan cada materia, las sillas escolares o pupitres…

Más de dos millones 200 mil escolares irán desde hoy a las aulas, en el sector público y en el sector privado. El Ministerio de Educación ha dicho que 5,167 centros, con una jornada superior al 1.2 millones de estudiantes, participarán en la Jornada Extendida.

Mantener la docencia de calidad y cumplir los protocolos anti Covid-19 son retos que nos aguardan. Todos debemos meter los hombros para salir bien.