En lugar de seguir bramando inútilmente que la comunidad internacional acuda en ayuda a Haití, de seguir rasgándose vestiduras ante pretensiones de imponernos soluciones que lesionen dominicanidad y de seguir recurriendo a estériles confrontaciones azuzando animosidades; deberíamos estructurar y proponer una iniciativa para superar crisis haitiana: ayudar al Gobierno haitiano a superarla.
La iniciativa pudiera implementarse a través de una plataforma de naciones engranadas progresivamente, partiendo de la bilateralidad dominico-haitiana, recurriendo a la multilateralidad y concluyendo en internacionalidad.
La bilateralidad requerirá el encuentro personal y directo de gobernantes de la isla para definir filosofía, alcances, hoja de ruta y enunciados temáticos a presentar a la multilateralidad progresivamente integrándose de naciones antillanas, caribeñas y del resto del mundo que sufren los efectos de la crisis haitiana.
Apoyados por la multilateralidad de naciones que acojan esta iniciativa, sin importar número, se acudiría a organismos internacionales y países donantes de recursos para implementar iniciativa propuesta.
Un planteamiento bilateral de gobiernos de la Isla, reforzado multilateralmente tendrá, indudablemente, mucho mayores posibilidades de prosperar que solicitudes unilaterales.
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Especialmente si se anticipan procedimientos que entusiasmen donantes: aunar voluntades públicas y privadas haitianas, socialización de iniciativa para maximizar potencialidades, acopio de precedentes que reposan en escritorios de organismos internacionales de asistencia técnica y financiera por falta del seguimiento debido. La anticipación de enunciados temáticos haría más atractiva la iniciativa: restablecer el orden incluyendo desarme de bandas y grupos irregularmente armados, concertación de pactos políticos y sociales, organización y celebración de comicios, documentación migratoria desvinculada de nacionalización, fomento productivo para generar empleos que proporcionen trabajo a haitianos sin emigrar.
El repaso de acuerdos y tratados vigentes para actualizarlos y dotarlos de dispositivos efectivos de implementación sería pertinente; debiendo asegurar el sometimiento de autoridades fronterizas-militares, consulares, migratorias y aduanales-a una rigurosa supervisión para evitar contrabando y tráfico de personas, sustancias, armas y dinero.
El éxito de esta iniciativa dependerá de su pronta acogida, preparación e inicio de gestiones por nuestras autoridades que suponemos disponen personal adecuado, que hablen francés.