En la sociedad actual el deporte se ha convertido en uno de los fenómenos mundiales más impactantes e influyentes en el ámbito socio-cultural. Su realización en determinadas condiciones éticas, técnicas y materiales, lo convierten en uno de los factores esenciales del desarrollo humano, pero a la par de los beneficios que proporciona, sus vías de acceso están minadas de trampas y asechanzas.
Como forma de limpiar el deporte de tales malezas, fueron muy oportunas las recomendaciones aprobadas en Berlín, en el marco de la Quinta Conferencia Internacional de Ministros de Deportes y Altos funcionarios responsables (MINEPS V), para luchar contra la “corrupción y la manipulación en el deporte”, una iniciativa de extraordinario peso bajo la égida de la UNESCO, organismo que instó a sus Estados miembros a redoblar esfuerzos en tal dirección.
La primera conferencia MINEPS tuvo lugar en la sede de la UNESCO en 1976 y su tema central fue dedicado al fomento de la educación física y el deporte. Las siguientes conferencias se celebraron en Moscú en 1988, Punta del Este, Uruguay, en 1999 y Atenas en el 2004. Pero de todas, MINEPS V puede ser considerada como la más reformadora y moralista.
La denominada Declaración de Berlín, que tuvo efecto a finales de mayo del año pasado, contó con 500 representantes de un centenar de países. Se sumaron otras recomendaciones para conjurar las amenazas que gravitan sobre la integridad del deporte a causa de la delincuencia organizada transnacional, el dopaje, y las malas artes en las competiciones deportivas.
Entre los participantes hubo consenso de que el deporte debe estar exento de discriminaciones sobre el origen étnico, edad, procedencia social y cultural, identidad de género, orientación sexual y cualquier tipo de impedimento.
La conferencia contó con la presencia de la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, y de la canciller alemana, Ángela Merkel. Aunque todavía resta un buen trecho por recorrer, hay que reconocer que los trabajos están cosechando buenos frutos, como el conjunto de iniciativas realizadas este año, en aspectos culturales, educativos y sociales relacionados con el deporte.
Ante el incremento de la corrupción y el dopaje tanto a nivel nacional como internacional, se han estado estudiando medidas para evitar acciones fraudulentas. Se acordó que una de las herramientas para detener estas infracciones consiste en establecer legislaciones más drásticas, procurar una mejor administración de los fondos públicos y la fiscalización de los recursos otorgados a las organizaciones subvencionadas.
La activa labor de las presentes autoridades deportivas oficiales de estar al día y seguir a pie juntillas las directrices de organismos internacionales como la ONU y la UNESCO, así como la formulación de un plan nacional de desarrollo deportivo para cumplir con una serie de metas prioritarias, habla bien de su visión en procura de modernizar la gestión tomando como modelo las sociedades avanzadas.
La administración deportiva desde el inicio de su gestión en agosto del 2012, se dio a la tarea de impulsar un proceso de capacitación técnica, transparencia administrativa, priorización de la inversión, así como la regularización y evaluación del personal. Algunas de estas medidas al principio chocaron con ciertos intereses creados, pero finalmente sus resultados arrojaron un balance positivo. Los esfuerzos por poner la casa en orden, siempre ayudarán a mejorar la gestión deportiva y frenar asechanzas y trampas que fueron identificadas en la loable Declaración de Berlín.