El inicio del año escolar 2024-2025 en las escuelas públicas del país marca un momento crucial para la educación en la República Dominicana.
Este lunes 26 de agosto, 2.6 millones de estudiantes —niños, jóvenes y adultos— regresaron a las aulas con la esperanza de un nuevo ciclo de aprendizaje y crecimiento.
En un contexto donde la educación se ha visto afectada por múltiples desafíos en los últimos años, este regreso a clases no solo representa una vuelta a la normalidad, sino también una oportunidad para reflexionar sobre las condiciones que enfrentan nuestros estudiantes y el rol del sistema educativo en su desarrollo.
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Uno de los aspectos más relevantes de este año escolar es el incremento significativo en la cobertura del Sistema Nacional de Transporte Estudiantil (Trae). Con un 80 % de capacidad operativa en todo el territorio nacional, este sistema ha experimentado una mejora notable respecto al 50 % del año pasado.
Este avance no es menor; representa una respuesta concreta a la necesidad de garantizar que más estudiantes, especialmente aquellos en zonas rurales o de difícil acceso, tengan la oportunidad de llegar a sus centros educativos de manera segura y puntual.
El impacto de esta ampliación en el sistema de transporte se refleja en los números: 1,894,470 estudiantes se beneficiarán directamente de este servicio.
La cobertura de las 18 Regionales y 122 Distritos Educativos es una señal de un compromiso creciente con la equidad educativa, al asegurar que la geografía no sea un obstáculo para el acceso a la educación.
Sin embargo, es fundamental que este inicio de año escolar no se vea solo como una mera cifra de matrícula o de mejoras en la infraestructura.
Debe ser visto como un llamado a la comunidad educativa en su conjunto —maestros, padres, estudiantes y autoridades— para asumir con responsabilidad el reto de ofrecer una educación de calidad. La disposición con la que se reintegren los estudiantes a las aulas será clave para el éxito de este año escolar.
El gobierno y las autoridades educativas deben continuar trabajando para mantener y mejorar estos servicios, pero también es crucial que se enfoquen en otros aspectos esenciales como la calidad de la enseñanza, el bienestar de los docentes, y la participación activa de las familias en el proceso educativo.
Solo así se podrá construir un sistema educativo que no solo sea accesible, sino también efectivo en la formación integral de nuestros jóvenes.
En conclusión, el inicio del año escolar 2024-2025 es un momento de esperanza y oportunidad. Con el esfuerzo conjunto de todos los sectores involucrados, podemos hacer de este año uno de los más exitosos para la educación en nuestro país.
La expansión del sistema de transporte es un paso en la dirección correcta, pero no debe ser el único. Debemos seguir avanzando hacia un sistema educativo que garantice no solo el acceso, sino también la excelencia para todos.