Esta joven emprendedora es presidenta ejecutiva de Revoltiao, además tiene su propia escuela llamada The Brand Building Institute
El 23 de junio de 1995 nació en esta isla Yamile Hazim, provocando en sus raíces una mezcla de culturas, porque su madre es hija de padres inmigrantes, español y libanés, y del lado de su papá también, hijo de padres inmigrantes libaneses.
Esta alegre y extrovertida joven tiene su propia escuela de Negocios a la que llamó The Brand Building Institute (TBBI), en la que pone de manifiesto su frase: “Si tú creces, yo crezco y juntos crecemos”. Y es en base a esta línea de pensamiento que nace este proyecto. Así nos cuenta.
“Mientras a más personas yo ayudo a crecer y a desarrollar sus ideas de negocios… más crezco yo y así juntos crecemos”, explica.
El ser emprendedora para ella es algo casi nato, porque a su corta edad se le ha dado muy bien todo lo que se ha propuesto.
El sacrificio y saber enfrentar con entereza los retos que se le presentan ha sido la clave. Una muestra de ello es la manera en que surgió su instituto, una historia que espera sea de inspiración para otros.
Nos relata que su escuela fue creada en plena pandemia de la covid-19 con el propósito de enseñar a jóvenes-adultos a crear marcas sólidas, que tengan impacto social, y “que además puedan crearse con lo que se tenga en manos, con los recursos que se tengan disponibles”.
Este tiempo de covid-19 le ha permitido conectar con ella misma y trabajar en ella para poder ser su mejor versión, ya que ha estado tratando de encontrar a esa Yamile que se había quedado olvidada producto de trabajar mucho, además le ha servido para pasar más tiempo en familia y valorar las pequeñas cosas.
Como casi todos dicen, el 2020 fue un año difícil, pero en su caso fue de mucho crecimiento, “un año de poder parar en seco y evaluar qué es lo realmente importante”.
Derribando argumentos:
Esta emprendedora desea que las personas sepan con certeza que aún con pocos recursos se pueden lograr grandes cosas. Otra de las motivaciones por la que creó TBBI es para “desmentir que para emprender hay que, de primera instancia, invertir una millonada.
En la pandemia cada día más personas estaban quedando desempleadas y les nacía la idea de emprender, pero muchos por miedo o falta de información no se atrevían y yo quería facilitarles las herramientas para poder hacerlo”.
Con entusiasmo esta joven les enseña a las personas a construir sus propias marcas paso por paso, qué hacer y qué no hacer, partiendo de su propósito.
Resalta con seguridad que “por más pequeño que sea el inicio, el simple hecho de alguien definir y presentar su oferta en el mercado ya les da algo de liquidez para también gastar en otras pequeñas empresas, eventualmente crecer y contratar personal, y me voy más allá, si crean empresas que impacten de manera positiva al medio ambiente o la sociedad ayuda aún más”.
Recalca que era su deber enseñar lo que sabe y lo que ha ido aprendiendo en estos últimos seis años desde que emprendió con Revoltiao, una revista digital.
Esta inquieta y soñadora mujer dice que aprende tanto de sus alumnos y clientes, y aunque es mercadóloga, su corazón le hace un guiño a enseñar a otros, tanto así que empezó estudiando educación en la universidad, pero luego tomó otro rumbo.
“Siento que la educación tiene el poder de transformar y cambiar el mundo, y ver a mis estudiantes lograr lo que ellos pensaban imposible es para mí una inspiración de seguir trabajando y mejorando este proyecto, porque me demuestra que las personas están rompiendo barreras, desafiándose y logrando lo imposible gracias a las herramientas que puedo proporcionarles para emprender, y ver cómo TBBI ayuda día tras día a dejar el mundo un poco mejor de lo que yo lo encontré cuando nací, para mí no tiene precio”.
Le apasiona enseñar y decirles a todos que en tiempos de crisis, mientras algunos lloran, otros venden pañuelos, que está en ellos decidir de qué lado quieren estar, pero que lo más importante es estar en paz con ellos mismos, que lo primero que deben hacer antes de querer emprender es encontrarse, conocerse y darse la oportunidad de encontrar paz.
Es por eso que en el primer módulo imparte un ‘Viaje al Autodescubrimiento’, porque no podemos emprender si no estamos felices con la persona que somos”.
Su modelo a seguir:
Aunque Yamile podría mencionar muchos gurús y expertos que la han ayudado, no solo a conocerse a través de sus libros y conferencias, sino también a crecer como profesional y a descifrar su carrera como tal, dice que fuera mentira si se refiere a ellos como modelos a seguir, porque con orgullo expresa que el único que merece ese título es su padre, Santiago Hazim, un hombre que camina en pasos de verdad, honesto y dispuesto a cumplir sus metas.
Llena de emoción y con firme voz nos cuenta: “ojalá algún día yo poder dividir mi tiempo como él lo hace, sacar tiempo para sus amigos, para su familia, para su trabajo sin quedarle mal a nadie, sin perder su centro ni alejarse de Dios, siempre haciendo el bien y pensando en el otro, haciendo las cosas con amor”.
Su papá le enseñó a pensar antes de actuar. “Tiendo a ser muy impulsiva y él me ayuda a recordarme que las cosas se hacen una a la vez, porque si queremos hacer todo junto, entonces no hacemos nada”.
Quiere que sepan que de su progenitor aprendió que “nuestro propósito no es solo con nosotros mismos, sino con el mundo, porque tenemos que trabajar en pos de crear un mejor país un mejor mundo para futuras generaciones, es nuestro deber”.
Sin dudas, su familia ha sido de gran apoyo para ella, así como algunos amigos.
“Definitivamente mi fan número uno es mi madre, Maribel, siempre ahí, siempre presente, siempre impulsándome a dar lo mejor de mí”.
Con esa gran sonrisa que la caracteriza, nos comenta que para una madre árabe su hijo/a es lo más bueno, lo más lindo, el que mejor lo hace y el que lo puede lograr todo, y es precisamente lo que hace su mamá, quien siempre la ha incentivado en base a esto, “dándome a mí las fuerzas para no rendirme y que me importe muy poco las opiniones negativas que otros pueden tener, porque estoy consciente de que la verdad siempre gana, y si uno hace el bien, eventualmente ganamos también”.
Aunque Yamile Hazim odie la pregunta de cómo se ve en cinco años, nos respondió que “hace un año tenía planes increíbles para el 2020, muy diferentes a los que tengo hoy en día, pero llegó una pandemia que cambió todo, así que no me gusta plantearme metas, lo único que si sé es que quiero seguir siendo feliz, viviendo una vida plena en paz, haciendo el bien a través del amor y ayudando a otros a crecer”.
Disfruto poder enseñar, ver a otros alcanzar sus objetivos es algo que para mí no tiene ningún precio”.
Yamile Hazim expresa que lo interesante de crear marcas y estructuras sólidas es que te puedes dar el chance de crecer.