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Las 34 defunciones de recién nacidos registradas en el hospital materno-infantil San Lorenzo de Los Mina, solo en febrero, expresan una incidencia de mortalidad cuyas causas más comunes son evitables en alta proporción desde hace años en cualquier lugar del mundo gracias a los avances de la medicina (fármacos, procedimientos y protocolos) rutinarios y elementales en la generalidad de los centros. La investigación de esta racha fatal ya dispuesta debe llegar hasta los aspectos más determinantes y establecer si ciertamente los reales motivos de trágicos finales en ese ámbito son ocultados sistemáticamente para salvar de desprestigio al sistema.
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La recopilación, organización y análisis de datos estadísticos no alcanzan en República Dominicana los niveles de calidad y confiabilidad que permitan avanzar más rápidamente hacia la solución de problemas sociales acuciantes. La autenticidad de los males más comunes conducen a unos costos políticos que nadie quisiera pagar.
Aun así, y gracias a las observaciones directas que logran organismos multilaterales puede suponerse que la mortandad en Los Mina no sería un hecho aislado conociéndose por vías no oficiales que en el país ocurren 18 muertes de neonatos por cada mil nacidos, dato que sobrepasa la media de la región de América Latina y el Caribe, donde solo mueren 9 de cada cien. Otros estudios plantean posibles fallas institucionales, estructurales y de comportamiento de recursos humanos que estarían costando vidas.
