Intocables, invencibles o invisibles

Intocables, invencibles o invisibles

Eusebio Rivera Almodóvar

Intocables, invencibles o invisibles. La pandemia de Covid-19 ha cambiado el comportamiento social, económico y mediático del mundo. Resalta el hecho de que las enfermedades, patologías y accidentes que tradicionalmente eran motivos para ingresar u hospitalizar pacientes en centros médicos públicos y privados, pasaron a ser ignorados o menospreciados por la sociedad y los gobiernos y nuestro país no ha sido la excepción.

Por eso los accidentes y morbi-mortalidad de los motoristas y motoconchistas de nuestras ciudades no aparecen en cifras estadísticas de hospitales como el Darío Contreras, donde existía un área exclusiva para estos y actualmente más del 50% de las camas están ocupadas por ellos y me pregunto si no será necesario crear un centro de atención solamente para ellos, porque no puede ser que con las increíbles maromas, piruetas y violaciones a la ley, todavía el Darío tenga capacidad de recibirlos, o es que los motoristas podrían ser invencibles campeones mundiales en malabares y velocidades o es que se consideran intocables o invisibles.

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Investigaciones victoriosas. El nombramiento de “comisiones” para abordar situaciones engorrosas, peligrosas o excepcionales para el Gobierno fue popularizado exitosamente por Balaguer y el actual Gobierno lo ensayó pero decidió cambiarlo por la escogencia de “investigadores” civiles o militares cuya aparente principal gestión ha sido diluir escándalos en la prensa y las redes sociales y quitarle la atención pública a determinados casos y precisamente eso es lo que ha pasado con los crímenes descubiertos en La Victoria, donde se han producido reportajes, allanamientos, pesquisas, etc., encontrando barbaridades sin que hasta hoy haya un solo miembro de los encargados de esa cárcel sometido a la Justicia, mientras la ciudadanía espera que cada escándalo sea el último; es decir que la “victoria” en la investigación ha recaído sobre las autoridades del recinto porque hasta ahora no han sido responsabilizadas de esas graves irregularidades quedando los reclusos como los verdaderos héroes, a quienes acudía la gente de los alrededores de la cárcel, para que los liberara de los trucos de las compañías telefónicas vendedoras de Internet.

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