Hoy voy a escribir sobre chivos que entran de chivo a República Dominicana. Y no, no es una redundancia, por lo que no tengo que pedirles perdón, pero sí explicarles porqué lo digo de esa manera. Se trata de la denuncia hecha por el presidente de la Asociación de Ovicaprinos Liniera sobre la entrada irregular de chivos procedentes de Haití sin ningún chequeo sanitario. El presidente de la Asociación de Ovicaprinos de la Línea, el señor Félix Colón, explicó que están entrando desde el vecino país camiones repletos de chivos, lo que está provocando que muchos productores abandonen la crianza debido a que sus negocios han perdido rentabilidad por la competencia desleal de quienes los traen al país.
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Pero también de aquellos que, de este lado, se hacen los chivos locos y los dejan entrar como si fueran para su casa, lo que obviamente no ocurre de gratis; aunque no dude usted que también cobren en especie, y que retengan “bajo custodia” unos cuantos caprinos, pues al fin y al cabo una carne dura siempre será mejor que ninguna carne.
Como era de esperarse porque esa gente no tiene a nadie más a quien recurrir, los criadores de chivos reclaman la pronta intervención de las autoridades para que detengan ese tráfico ilegal, que probablemente sean las mismas que los dejan entrar. ”Las autoridades todavía no se han expresado al respecto. Hemos hablado, hemos exigido, hemos planteado el problema, pero todo es un cuento”.
Mientras le cuentan el cuento y le alargan el final para poder seguir comiendo chivo gratis los caprinos haitianos continúan entrando al país, lo que alguna autoridad debería detener para proteger a nuestros productores de la quiebra, y sobre todo antes de que hagan suya esa causa los ultranacionalistas del patio, a los que podríamos ver organizando jornadas patrióticas en la linea fronteriza para defender la dominicanidad del chivo liniero de la amenaza que representa la invasión silenciosa de los chivos haitianos.