Cada año, como es sabido, el día 26 de enero se celebra en todo el ámbito nacional el natalicio de nuestro patricio, libertador y Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte Diez, fundador de la Sociedad Secreta La Trinitaria y de nuestra nacionalidad junto con los ilustres proceres Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella y sus valientes trinitarios siendo la nueva nación Republica Dominicana conocida por su bandera tricolor y su lema: Dios, Patria y Libertad.
Don Juan Jose Duarte, padre de nuestro libertador nos dice la periodista Angela Peña, hombre honesto, recto y responsable, “Forjó en su hijo el amor por la libertad, lo estimuló desde niño a luchar por una patria independiente, libre” ensanchando sus conocimientos y ampliando su cultura, viajando y conociendo diversos países de Europa.
De regreso a la patria se señala que Duarte, cuestionado por Manuel Maria Valverde interesado en saber que fue lo que más le impresionó de su estadía en Europa, el joven de 19 años responde: “Los fueros y libertades de Barcelona, fueros y libertades que espero un día demos a nuestra patria.” Duarte nunca ambicionó cargo público, ni riquezas. Las tantas veces que le fuera ofrecida la presidencia de la República, nunca la aceptó, siendo esa su prístina naturaleza.
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Llegada la histórica fecha de su nacimiento, el pueblo dominicano se vuelca de regocijo.
El gobierno nacional, sus instituciones, destacándose el Ministerio de las Fuerzas Armadas, se le rinde honroso homenaje al insigne y virtuoso libertador de la República, General Juan Pablo Duarte, celebrándose en la ciudad capital misa solemne en la Catedral Primada de América, desfile militar y ofrendas florales de diversas entidades públicas y privadas, como el Instituto Duartiano en el Altar de la Patria donde descansan sus restos mortales, como también en tantas otras provincias y regiones del país.
Lo que no alcanzo a comprender y me provoca cada vez mayor molestia, desgrado y perturbación no es saber quién fue (su nombre no interesa) el desdichado que tuvo la descalabrada idea de declarar el Dia de Duarte, inamovible, laboral y no festivo, como debe ser, solo para satisfacer, cito:
“El afán de lucro de los llamados hombres de empresa está por encima de los valores patrios. Señal clara de que el capital no tiene patria, solo intereses. Y que el poder político está al servicio de esos intereses y no de la nación” como bien resalta Alfonso Torres Ulloa en su libro “Duarte. Otra mirada.” Le felicito por su libro y dedicatoria: “a los jóvenes dueños del futuro.”
Para finalizar, un llamado perentorio. Una petición al presidente y amigo Luis Abinader Corona.
Líbrese de ese agravio. Enaltézcase. El día del nacimiento del Padre de la Patria, es intransferible. ¡Honre, Presidente, esa fecha.!