La historia de Iván Marino Mieses Campillo en el baloncesto nacional, es digna de elogios. Nace en la ciudad capital en febrero del 1960, en la calle 16 de Agosto del sector San Carlos.
Un jugador histórico y hecho a la medida. Sus números están escritos, nadie puede borrarlos.
Uno de los anotadores más voraz en toda la historia del baloncesto dominicano… posiblemente el que más. La posición #2 de defensa tirador (shooting guard), solo tiene un nombre en la «Isla que más amó Colón», como dicen y se llama Iván Mieses.
Fue el líder anotador 4 veces consecutivas, 1977, 1978, 1979 y 1980. Ganó 5 lideratos de puntos y anotó más de 30 puntos en dos temporadas una detrás de otra. Unico jugador en hacerlo en el baloncesto distrital. En el 1977 con tan solo 17 años de edad, Iván anota 513 puntos para un porcentaje de 34.3 puntos por partido. Hasta ahora se conservan como records distritales. Es bueno destacar, que para esa fecha la línea de tres puntos no estaba disponible. Todo un fenómeno ya estaba a la luz pública.
Sus inicios. El Rubio de Oro como suelen llamarlos algunos de los amantes del basket nacional, en el 1970 llega al baloncesto, a través de su primo César -JERICO- Campillo Cuevas, un destacado jugador de las categorías menores del Club San Lázaro. Con tan solo 10 años, empieza a practicar y desde ya se vislumbraba que sería todo una estrella en el juego del aro y el balón. Su primer entrenador Rafael -FAEN- Nova, no pierde tiempo con él y lo pone a practicar con los más desarrollados del grupo.
Entre ellos estaban, el mismo JERICO quien ha sido uno de los mejores Mini-basket de todos lo tiempos; de Mario -EL MAGO- Berson ni hablar, todo un dotado en esta disciplina; Rubén -CALICHE- Bretón, Eddy Sarmiento (EPD) y el pimentoso Rafael FAEL -PLATICA- PichardoI, hermano de quien escribe. Podríamos decir que éstos eran parte de la Flor y Nata de esta categoría en esos tiempos.
Salida de San Lázaro. En el 1971, teniendo Iván a todos estos grandes jugadores Mini-baloncestistas a su lado, no ve forma de avanzar en el lindo deporte que escogió y lo hizo toda una celebridad en su tierra que lo vió nacer. Antes de practicar baloncesto jugaba beisbol y era un fildeador de primer nivel, su posición preferida era el Center Field.
Desde pequeño, siempre supo lo que era tener disciplina y querer soñar. Así como ustedes lo leen… a esa edad.
Habló como un hombrecito con su padre Marino (EPD) y su madre Milagros (EPD), a ellos les planteó su deseo de dejar las filas lazareñas.
Finalmente, siendo aprobado por sus padres, fue donde FAEN y le dijo que no se sentía a gusto con el grupo, ya que él no veía forma de desarrollarse en ese equipo.
En verdad, eran tres (3) situaciones que se daban, la cual Iván le expuso a su entrenador de turno.
La primera era: Que su desarrollo como jugador nunca iba a venir, ya que allí habían jugadores de mucho calibre.
La segunda es: Que quería jugar con el Club Eugenio Perdomo por su cercanía a su casa. Y que era un Club que apenas iniciaba y ahí él podía tener más oportunidades de juego.
Y tercera: Que la gran mayoría de sus amigos del Colegio practicaban en ese Club y eran parte del equipo. Sin lugar a dudas, a esa edad deslumbraba su objetividad en sus planteamientos a sus padres.
Su renuncia y entrega de carta-libertad lazareña. Viendo todo ésto, la dirigencia del Club San Lázaro no tuvo otra alternativa que aceptar la renuncia y hacerle entrega de su Carta de Libertad. Iván, contó con el apoyo de quien nunca éste jugador imaginó que le iba a dar tanta agua a beber. Un jugador de cartel y el más carismático en ese momento, el Pequeño Gigante Manolo Prince.
Con el club eugenio perdomo empieza a hacer historia. Seguidamente con el Club Eugenio Perdomo, inicia una carrera llena de triunfos y cosas buenas, junto a su hermano gemelo Omar. Ese año del 1971 logran el campeonato distrital, siendo Iván una de sus bujías de fuerza. Es escogido para representar el Distrito Nacional en el II CONVIVIO NACIONAL DE MINIBASKET en San Francisco de Macorís los cuales ganan la corona.
Ahí se une a jugadores del Club Naco de la talla de José Amable Frometa, Sully rojas, Cuqui Garrido, los Hermanos García -Johnny y Tony-, Jefferson Báez, Gilberto -El GATO- Nadal (EPD), Coronel retirado y Carlos -POPOTE- Dacosta (EPD). Sus dirigentes eran Don Antonio Cocco, gran propulsor del Minibaloncesto y otro entusiasta dirigente de las bases formativas, Gustavo Concha como asistente.
En ese tiempo, se jugaba con la regla de que el jugador que anotaba 20 puntos, salía del partido y para Iván ya eso era algo común. No hubo un partido que EL RUBIO no llegase a la aristocrática cifra.
A nivel internacional en mini-basket. Con el equipo del Colegio Evangélico Central el cual fue becado, fueron muchos los intercambios con equipos de Puerto Rico que realizó, al igual que con el Club Eugenio Perdomo. Podemos decir que Iván debe de ser, uno de los primeros jugadores o el primero en ser becado a tan corta edad en el baloncesto dominicano. No conozco otro a la fecha.
En las siguientes categorias fue un demoledor. Jugó en los torneos infantiles y no lo pudieron detener, su fuerza ofensiva contra todos los equipos del país era demoledora.
Por igual sucedió cuando llega a la categoría juvenil, logra ganar los torneos en que participó siendo apenas todavía un jugador infantil. Fue líder anotador en todos los torneos en categorías menores, tanto distrital como nacional.
Donde Iván le puso el pecho a bala, fue en su último torneo Clase «B» en el 1975, jugó con una lesión en la rodilla y eso no fue óbice para llevar a su club Eugenio Perdomo a coronarse campeón, siendo el más destacado del torneo.
Al final del torneo, tuvieron que sacarle líquido de la rodilla y ahí volvió Iván nuevecito a darle carpeta a todo el mundo, pero ahora en la categoría superior.
Su paso a nivel colegial. Jugó con el Evangélico Central, donde tiene todos los records habidos y por haber. Hablar de Iván a nivel colegial es hablar de uno de los mejores de todos los tiempos. Según la historia, sólo Faisal Abel y Manolo Prince, lograron tantos galardones como él. Ganó en todas las categorías en que participó, sus oponentes pueden dar testimonio de esto.
En los torneos superiores distritales se la lucio en grande. Su retiro con tan solo, 27 años de edad, y con solo dos temporadas cuando llega la línea de tres puntos, Iván es el segundo mejor anotador de todos los tiempos, con 4,096 puntos, solo superado por Vinicio Muñoz, que tuvo 7,202 puntos. En el superior distrital debutó en 1975 con el Club Eugenio Perdomo, donde perduró hasta 1978. Del 79 al 82 lució los emblemas de Arroyo Hondo y en las temporadas de 1983 y 84 estuvo con San Lázaro, para luego retornar a Arroyo Hondo del 1985 hasta su retiro en 1987.
Con Eugenio Perdomo impuso en 1977 una marca distrital que aún está vigente: la de mayor promedio de puntos anotados en una temporada, con 34.3 por ciento. Ese año anotó 513 puntos y en un encuentro logró 53 tantos, su marca personal.
Al año siguiente ( ) promedió 31.5 puntos por juego, para establecer una marca como el único que ha promediado sobre 30 en años seguidos.
A las estaciones de 1977 y 1978, agregó los lideratos de anotaciones de 1979 y 1980, los cuales les proporcionan el récord de ser el único que ganó cuatro títulos seguidos en ese renglón.
En el 1976 se llevó el liderato del renglón en porcentaje de tiros libres con 82.4 (de 70-58).